Bankia minimiza la desaceleración frente a los «menajes de que todo va mal»

Las declaraciones de José Sevilla llegan después de que el Gobierno rebajara una sola décima su previsión de PIB para este año, y tras los últimos datos de desempleo del tercer trimestre, unas varaibles que solo suponen «factores coyunturales». Por ello, el consejero delegado de Bankia ha indicado que «no estamos percibiendo que esto se ha parado», en referencia al dinamismo de la actividad.

De hecho, Sevilla ha recomendado «no autogenerar una sensación de que esto va tan mal», porque por ahora los datos no van por ese camino. «Lo que hace falta es un Gboierno cuanto antes y que reduzca la incertidumbre» actual, según ha indicado en la presentación de resultados trimestrales del grupo. La entidad afirma que la calidad del crédito concedido sigue siendo buena, y que no ve factores negativos por la desaceleración. «Mientras se cree empleo, seguirá así», ha indicado el ejecutivo, quien sí ha admitido que el próximo año se creará la mitad de puestos de trabajos que este.

Por otra parte, José Sevilla ha reconocido que ante la actual evolución de los tipos de interés, que seguirán en negativo a medio plazo «es razonable pensar que no es el mejor momento para acometer la privatización de Bankia». El Estado aún posee más de un 60% de su capital, desde su nacionalización en la crisis, y su intención era desprenderse de esa participación, en un plazo legal que finaliza a finales de 2021. Sin embargo, la cotización de Bankia sigue siendo baja como para llevar a cabo esta operación. Los títulos de la entidad se encuentran a estas horas en los 1,7 euros por título, con un descenso del 3% en este inicio de sesión.

Por otra parte, Sevilla ha insistido en que la intención del banco no pasa por cobrar a los clientes por los depósitos, aunque lo ha ceñido, como en otras ocasiones, a los particulares que sean personas físicas. Sí lo están haciendo ya en empresas y clientes jurídicos de banca privada, los que tienen mayor patrimonio.

Bankia registró un beneficio neto atribuido de 575 millones de euros en los nueve primeros meses de este año, lo que supone un descenso del 22,6% respecto al mismo periodo de 2018, debido al menor resultado en la venta de las carteras de renta fija (ROF) y al repunte de las provisiones asociadas a la aceleración del ritmo en la reducción de dudosos. El consejero delegado ha admitido que no cumplirá

En concreto, la dotación a provisiones y otros resultados totalizaron un gasto de 384 millones de euros acumulado hasta septiembre (+14,5%), asociado al coste de las ventas de carteras de crédito y al deterioro de activos no financieros, según ha informado este lunes la entidad.

De esta manera, por el lado del negocio puramente bancario o 'core' (margen de intereses más comisiones menos gastos), el resultado alcanzó los 946 millones de euros entre enero y septiembre, con un avance del 0,7% respecto al mismo periodo del año pasado gracias «a la buena evolución de la actividad comercial y al impacto positivo de la contención de costes, en un contexto de mercado marcado por nuevas rebajas de los tipos de interés».

Asimismo, el margen de intereses sumó 1.520 millones de euros entre enero y septiembre, un 1,4% menos que un año antes. La entidad ha subrayado que avanza en la estabilización del margen, que en el tercer trimestre del año se situó en 502 millones, con un alza del 1,5% sobre igual periodo del año pasado.

En cuanto a los ingresos por comisiones, se mantuvieron estables durante los nueve primeros meses del año y alcanzaron los 796 millones de euros, con una «buena» evolución interanual de los ingresos en medios de pago (+9,6%) y en activos bajo gestión (+3,4%), según la entidad.