El fiscal tacha a los usuarios de las 'black' de «depredadores muy próximos al pillaje y la rapiña»

Esa frase fue la parte del informe final del representante del Ministerio Público que más alteró a los acusados, hasta el punto de que tuvo que leerla dos veces entre las protestas para que se pudiera escuchar bien. No fue la suya, sin embargo, una exposición dada especialmente a buscar grandes titulares mediáticos, aunque sí dejó otra perla en su intervención al tachar a los beneficiarios de esos polémicos plásticos de primitivos, casi depredadores.

Y es que para Luzón, antes miembro de la Fiscalía Anticorrupción y hoy con rango de teniente fiscal en la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado, lo que se hizo con las black fue crear un sistema paralelo e ilícito de remuneraciones porque las que había les parecían escasas. Y como la ley no permitía otras retribuciones (más allá de las dietas y compensaciones por gastos profesionales) -continuó su exposición ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga este caso- y las cajas no eran sociedades mercantiles ni tenían ánimo de lucro", decidieron actuar sin ese amparo legal.

Por eso, continuó, la entidad no les dio la forma de una retribución normal (a las black). al tiempo que se evitaba "interna y externamente que se conocieran. Transcurridas ya 16 sesiones del juicio (incluida la de este lunes) y después de dos años de instrucción, para él solo existen dos posibilidades respecto a las polémicas tarjetas. Si son un complemento retributivo era ilegal -dijo-, ya que no tenía el amparo del consejo de administración porque lo hacían de forma subrepticia. Y si eran gastos de representación, su utilización habría sido contraria a lo autorizado por la caja".

Y a ese respecto el fiscal mencionó varios elementos que apoyarían su tesis. De un lado, el controvertido correo electrónico que Enrique de la Torre, exsecretario general de Caja Madrid y uno de los acusados, remitió a varios altos cargos y consejeros refiriéndose a dichas tarjetas como black a efectos fiscales, y consta que el entonces presidente, Miguel Blesa, lo abrió y no hizo correcciones. Este último recibió tiempo después otro mensaje interno, esta vez del que fuera su mano derecha y director financiero, Ildefonso Sánchez Barcoj, donde hablando sobre sus retribuciones le comentaba que es mejor que disfrutemos por si algún día llegan las vacas flacas.

"Muy politizado"

A ojos de Luzón, una de las claves de este caso es que los consejos de administración de las cajas de ahorros estaban en esa época copados por organismos representativos de la sociedad Era un órgano prosiguió ya en referencia directa al de Caja Madrid- muy politizado y poco profesional, pero sus miembros querían cobrar como profesionales. Recordó, sin embargo, que según dos testigos (el exdirectivo Francisco Verdú e Iñaki Azaola, hoy responsable de la auditoria corporativa en Bankia), con experiencia en otras entidades financieras como BBVA y el Banco Guipuzcoano, en ellas nunca se utilizaron tarjetas parecidas a las black.

Y también resulta sencillamente inconcebible para el fiscal que todos los directivos (acusados) omitieran esos ingresos extra en sus declaraciones del IRPF. Lo es en todo contribuyente responsable -enfatizó-, pero mucho más en los acusados, que son catedráticos de economía, economistas, inspectores de Hacienda.... El problema, dijo, es que eran muy conscientes de que no podían declarar esas tarjetas porque con ello pondrían de manifiesto una retribución ilegal, opaca o en b, como se la quiera llamar".

Pese a todo ello, el representante del Ministerio Público rebajó al final su petición de penas un grado para casi un tercio de los acusados (18 del total de 65), al aplicarles la atenuante de reparación del daño por haber devuelto lo gastado con las black, aunque ya una vez comenzado el juicio en total solo se han reintegrado 1,7 millones, lejos de los 12,5 millones que se reclaman tras descontar las sumas prescritas-. Entre ellos figuran el citado Sánchez Barcoj, junto a los exconsejeros José Manuel Fernández Norniella, Arturo Fernández y Francisco Javier López Madrid. Asimismo, ha tenido en cuenta que otras cuatro tarjetas fueron clonadas y es difícil discernir sus gastos.

Rebaja por atenuante

Mantuvo, sin embargo, su petición de penas máximas para los dos últimos presidentes de Caja Madrid, Miguel Blesa (seis años de cárcel) y Rodrigo Rato (cuatro años y medio). Del primero dijo que aprovechó el sistema de compensación de gastos para continuarlo, perfeccionarlo, pervertirlo y convertirlo en un sistema opaco y manifiestamente ilegal, mientras que al segundo le reprochó haberle dado continuidad durante dos años y con la entidad en evidente crisis, perdiendo además la oportunidad de acabar con la práctica cuando se constituye Bankia.

Los siguientes en elevar sus conclusiones provisionales a definitivas son las acusaciones el último turno, antes de que el juicio quede visto para sentencia esta semana, será para las defensas-, tanto la popular que representan la Confederación Intersindical de Crédito (CIC) y el movimiento 15MpaRato como la particular que ejerce la propia Bankia. El letrado de la CIC, Andres Herzog, confirmó este lunes que mantiene su petición de penas para los acusados: seis años para Blesa, Rato, Sánchez Barcoj y De la Torre como responsables de la emisión de las black, frente a cuatro años para el resto al considerarles fundamentalmente usuarios de las mismas.