El Gobierno rectifica y los autónomos sí trabajarán

En una orden del Ministerio de Sanidad sobre los «criterios interpretativos» para aplicar la nueva limitación laboral con carácter general, dicho departamento -con facultades delegadas por el jefe del Ejecutivo- señala que el decreto del domingo sobre el cierre de trabajos «no resulta de aplicación a las personas trabajadoras por cuenta propia». De esta forma, los autónomos que actúan en actividades que no se vieron suspendidas con el decreto anterior del estado de alarma «pueden continuar prestando sus servicios normalmente».

El motivo -según señala la orden- es que, al no ser trabajadores por cuenta ajena, para ellos «no podría hacerse efectiva ni la contraprestación económica ni la recuperación de horas» previstas en el nuevo permiso retribuido recuperable. Pero en el caso de tener a su cargo negocios con empleados, éstos sí deberán dejar de trabajar temporalmente y dicho autónomo, en calidad de empresario suyo, tendría que costearles el nuevo permiso retribuido, que luego ellos compensarían trabajando las horas perdidas antes de finales de año.

Antes de este nuevo giro en los planes del Gobierno, Lorenzo Amor, presidente de ATA -la principal asociación del sector- estimaba que nueve de cada diez autónomos están ahora parados, sin poder realizar su actividad, y medio millón desaparecerán. Por ello reclamó al Ejecutivo medidas que ayuden a su liquidez como, por ejemplo, suspender cotizaciones e impuestos y darles mayor flexibilidad laboral.

En las actividades consideradas «esenciales» por el Gobierno hay unos 320.000 autónomos -según ATA-: en el transporte, los taxis, la alimentación, pequeños estancos o farmacias, periodistas... y también los 'riders' que siguen con sus repartos a domicilio. Son un 10% de los más de 3,25 millones de autónomos.

Junto a ellos podrían seguir trabajando, a priori, otros 450.000 autónomos. En la construcción, por ejemplo, son casi 250.000 emprendedores, a los que se suman los agentes comerciales, los que trabajan con maquinaria pesada o aquellos que prestan sus servicios auxiliares a determinadas empresas que han cerrado, como puede ser la siderurgia. Precisamente el cierre de estas compañías sí puede hacer que, en la práctica, tengan que parar por falta de carga y tareas.