David Valera
Martes, 4 de abril 2017, 03:59
Los Presupuestos de 2017 llegaron al Congreso. No fue a comienzos de octubre, como es habitual, sino en abril como consecuencia de la inestabilidad política de 2016. Algo que quiso dejar claro el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro: España ha vivido una interinidad demasiado ... larga. Un periodo que ha provocado que Bruselas concediera una nueva prórroga para cumplir con el déficit. Ahora el objetivo es reducir del 4,3% al 3,1%, lo que supone un ajuste de 13.000 millones que el Gobierno confía en conseguir a través de un aumento de los ingresos de 14.700 millones y sin recortar el gasto a pesar de que el límite financiero del Estado se reduce en 5.000 millones y las partidas por Ministerios mantienen en su conjunto casi el gasto ejecutado en 2016 tras los acuerdos de no disponibilidad. Todo para dejar a España en la puerta de salida del procedimiento excesivo de déficit de la UE.
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Como consecuencia del incremento de ingresos tributarios, la presión fiscal se eleva hasta el 38,2% del PIB, lo que supone un incremento respecto al 37,9% de 2016. Un aumento a pesar de que el crecimiento previsto de la economía es menor. Sin embargo, el Ejecutivo insiste en que el PIB nominal (sin descontar la inflación) será mayor y además ya no habrá impacto de la reforma fiscal. El principal repunte se da en Sociedades con un 12% debido a la limitación de deducciones aprobadas en diciembre y a una mejora de los beneficios empresariales.
Por el contrario, el gasto público desciende hasta representar el 41,3% del PIB frente al 42,1% del pasado ejercicio. Una disminución que Montoro ha rechazado que se trate de un recorte en cifras absolutas, sino en relación al aumento del PIB. Además, ha justificado que la reducción del techo de gasto en 5.000 millones corresponde con la ejecución presupuestaria de 2016 tras aplicar los acuerdos de no disponibilidad y el adelanto del cierre.
Las cuentas de 2017 impulsan la creación de empleo y fortalecen la cohesión social. Son los que miran hacia el crecimiento económico y refuerzan la competitividad, ha señalado el ministro. Sin embargo, el Gobierno es consciente que no tiene de mayoría en la Cámara. Por ese motivo, Montoro ha hecho reiteradas llamadas a la responsabilidad de los distintos grupos políticos no sólo para aprobar las cuentas, sino también para mantener la recuperación y creación de empleo. En este sentido, el ministro de Hacienda ha insistido en que el Ejecutivo sigue negociando sólo tiene el apoyo asegurado de Ciudadanos- y avanzó que en los próximos días van a traer novedades en la coincidencia con los Presupuestos.
Préstamo a la Seguridad Social
La mayor parte de los Presupuestos se destinan a gasto social, que se incrementa hasta el 55,8% del total frente al 53,5% de las cuentas de 2016. La inmensa mayoría se debe a los recursos para las pensiones 139.647 millones (un 3,1% más). Por el contrario, desciende el gasto destinado al desempleo un 6,6% por el mejor comportamiento del paro. Por el contrario, la políticas activas de empleo se incrementan un 5,5%.
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La cuentas también contemplan un préstamo de 10.000 millones del Estado a la Seguridad Social para evitar que se agote el Fondo de Reserva de las pensiones este año. Los ingresos por cotizaciones sociales aumentan un 6,8% respecto a la liquidaciónde 2016, aunque retrocede un 5,7% repecto a lo presupuestado. Algo que, según el secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal, demuestra que las previsiones del pasado ejercicio "fueron demasiado optimistas".
También asciende el gasto de personal un 1% respecto a la partida ejecutada en 2016 (baja un 2,6% sobre la presupuestada) debido a la revalorización del sueldo de los funcionarios un 1% y a la extensión de la tasa de reposición del 100% y oferta de empleo público que afectará a 67.000 empleados públicos.
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En cualquier caso, Montoro ha resaltado la importancia de conseguir consensos para superar las enmiendas a la totalidad que presenten los grupos el próximo 4 de mayo. Si así lo hace se abrirá un periodo de enmiendas parciales que debe concluir con la aprobación de las cuentas a finales de junio o principios de julio. Un calendario que se solapará con los Presupuestos de 2018.
De hecho, el propio titular de Hacienda ha insistido en que estas cuentas son un enlace con las del próximo ejercicio. Lo que no esté contenido en estos Presupuestos lo estarán en los de 2018, ha explicado. Incluso ha señalado que los importante son los presupuestos de los próximos años en los que España ya estará fuera de la vigilancia de Europa respecto al déficit.
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