ENRIC GARDINER
Domingo, 2 de junio 2019, 09:38
Parecía que este Roland Garros podía ser el de una Garbiñe Muguruza que iba avanzando rondas sin hacer mucho ruido y con un nivel excelso que se asemejaba al que alcanzó en 2016, cuando levantó el título. Pero como tantas otras veces en ... su carrera, todo ha sido un espejismo, y cuando llegó toda una finalista en estas pistas el año pasado como Sloane Stephens, se desinfló.
Publicidad
La estadounidense, que el año pasado cayó en la pelea por el título ante Simona Halep, se sobrepuso a un inicio arrollador de la española y la batió (6-4 y 6-3) para meterse en cuartos de final y cortar el romance de Muguruza con la capital francesa.
Y eso que el inicio del partido distó mucho del final. Muguruza, que recogía en la Philippe Chatrier una pista que había visto ya a Roger Federer y Rafael Nadal vencer con comodidad, asumió la inercia de estos dos y ganó ocho de los nueve primeros puntos para marcharse 2-0 arriba en el marcador.
El ritmo y la calidad de los golpes de la española la ponían en esos momentos como una de las grandes favoritas al título. Con todas las letras. Favorita. Y ese estatus se mantuvo hasta el tercer juego, cuando desperdició cinco pelotas de rotura y con eso se desmoronaron sus opciones. Un maratoniano juego le devolvió el pulso a Stephens y la empujaron a abrochar poco a poco el set. Esa denominación de favorita se fue difuminando, como arrastrada por los remolinos de la Chatrier.
La campeona del Abierto de los Estados Unidos en 2016 sirvió para ganar el primer set y recibió un manotazo de Muguruza, que pareció volver a la lucha por el set. Pero se apareció otro espejismo y la norteamericana agarró el parcial para hacer cada vez menos visible el favoritismo de la española.
Publicidad
Incluso cuando empezó el segundo set y la igualdad reinaba en los saques, la sensación general era que en cualquier momento Stephens rompería el servicio de Muguruza y daría fin al encuentro.
El hecho de que Stephens comenzase sacando y siempre fuese por delante en el marcador era una factor más a su favor a la hora de tener la ventaja moral. Cuando Muguruza no pudo más y con 4-3 hizo una subida a la red culminada con una desastrosa volea al clavo, el partido se marchó al bolsillo de Stephens.
La número 7 del mundo cerró el partido y con ello dio por terminada la aventura de la española en esa plaza que conquistó en 2016 y en la que nunca ha podido volver a reclamar su título.
La derrota, además, significa que Muguruza no puede defender las semifinales conquistadas el año pasado, con lo que caerá hasta el puesto 24 del ránking WTA el próximo lunes. Esta es su peor clasificación desde febrero de 2015.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.