El tenis femenino tiene un antes y un después de Serena Williams. La estadounidense puso fin en Flushing Meadows a una carrera de leyenda en la que sobresalen los 23 títulos de Grand Slam que conquistó en la modalidad de individuales, a los que sumó ... otros catorce formando pareja de dobles con su hermana mayor Venus. La estadounidense dominó durante años el circuito con su abrumador poderío físico y mental, siendo la única tenista que ha logrado completar el Golden Slam de carrera tanto en individuales como en dobles.
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Producto de la desmesurada ambición de su padre Richard, que trazó un concienzudo y estricto plan destinado a convertir a sus hijas en campeonas dentro de un deporte tradicionalmente reservado a los blancos antes incluso de que hubiesen nacido, las hermanas Williams comenzaron a jugar al tenis cuando eran muy pequeñas en Los Ángeles, donde el patriarca trasladó a la familia desde Michigan con el objetivo de cumplir su sueño. Serena era la menor de cinco hermanas y creció a la sombra de Venus, otra campeona precoz cuyos registros no tardaría en superar.
Serena Williams se convirtió en profesional en septiembre de 1995, con apenas 14 años. A sus espaldas ya llevaba decenas de torneos en categoría amateur. Tres años más tarde, se estrenaba en un Grand Slam participando en el Abierto de Australia. Cayó ante su hermana Venus en segunda ronda, pero las bases de un ascenso meteórico estaban sentadas. En 1999 conquistaba el primer 'major' de su carrera al adjudicarse el US Open, donde no campeonaba una afroamericana desde que lo hiciera Althea Gibson en 1958.
Esa victoria en el US Open impulsó a Serena Williams en el ranking WTA. Cerró su tercera temporada completa en el circuito como número 4 del mundo. Pero eso solo era el comienzo de una trayectoria imparable que le permitió acabar cinco años en la cima del tenis mundial en la modalidad de individuales. A la par que iba engrosando su mito forjando un palmarés asombroso, la menor de las Williams se erigía en icono de la sociedad estadounidense y referente en otros ámbitos como el de la moda.
Veintisiete años después de dar el salto al profesionalismo, Serena Williams pone fin a su carrera en las pistas con la espina clavada de no haber podido alcanzar a la australiana Margaret Court como la tenista con más trofeos del Grand Slam. El Abierto de Australia de 2017 fue el último grande que pasó a engrosar sus vitrinas. Meses después, anunciaba su embarazo, poniendo en pausa su trayectoria deportiva. Cuatro meses después de dar a luz, volvió a las pistas para medirse a Jelena Ostapenko en un torneo de exhibición en Abu Dabi, pero la maternidad le pasó factura y nunca volvió a ser la misma. Pese a ello, en 2018 y 2019 alcanzó las finales de Wimbledon y del US Open, siendo incapaz de asaltar el trono de Margaret Court.
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