Enric Gardiner
Jueves, 13 de mayo 2021, 13:44
Rafa Nadal estuvo en lo más hondo del río Tíber. Le pasaba por encima un avión, una centella con revés a una mano que estaba exprimiendo cada músculo del cuerpo del balear para aplastarle en una pista de arcilla. Una situación pocas veces vista ... y es que Nadal, en los últimos 16 años, solo ha perdido dos veces en los octavos de final de un torneo sobre tierra batida. Y no llegó la tercera derrota por los pelos, porque Denis Shapovalov no fue capaz de dar la puntilla a un encuentro que tuvo en la mano, que llegó a comandar por 6-3 y 3-0, en el que tuvo dos puntos de partido, y al que Nadal dio la vuelta para reclamar el pase a los cuartos de final por 3-6, 6-4 y 7-6 (3) en tres horas y media.
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Desde que su racha de 81 victorias seguidas en esta superficie terminara en Valencia 2005, Nadal solo ha perdido en la tercera ronda de un torneo sobre polvo de ladrillo dos veces. Una en 2012, en la tierra azul de Madrid contra Fernando Verdasco, y otra en Barcelona 2015, contra Fabio Fognini.
Shapovalov estuvo cerca de unirse a la selecta lista. Hizo una mitad de partido espectacular, sacando los colores a Nadal y montándose en el público que hoy sí pudo acercarse al Foro Itálico, dejando en las gradas una postal remotamente cercana a la de los buenos tiempos.
El canadiense, que nunca ha jugado una final de un torneo de tierra, pero que el año pasado alcanzó aquí las semifinales, arrancó sin piedad, ganando 17 de los primeros 22 puntos del partido. Se colocó 4-0 arriba y aunque Nadal pudo recuperar uno de los servicios perdidos, Shapovalov quebró por tercera vez el saque del español, en un juego de más de 20 minutos de duración, para llevarse el primer parcial por 6-3.
Un duro golpe para Nadal, que ya se había sobrepuesto a un inicio adverso en su debut ante Jannik Sinner, pero que esta vez veía como el arranque le suponía un set perdido. Y Shapovalov no aflojó. Con una aceleración insólita desde el fondo, puso el 3-0 arriba en la segunda manga. Incluso disfrutó de un 3-1 y 40-0 a su favor. Y se le cruzó un cable. Se vio demasiado cerca del triunfo y se asustó. Nadal olió el miedo e inició un parcial de 5-1 para levantar el set.
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Pero seguía sin estar cómodo. Aunque su nivel había aumentado, Shapovalov era el que se había autodestruido en el set y cuando su mente volvió a funcionar, el tenis fluyó de nuevo. Por tercer set seguido, arrancó con ventaja. Un 3-1 que no tardó en dilapidar. Nadal empató a tres, más tarde a cuatro. También a cinco y ahí tuvo tres bolas de 'break' que salvó el canadiense. Después le tocó sufrir a Nadal, quien enfrentó dos bolas de partido a favor de Shapovalov. Las desactivó y metió el partido en un desempate final.
El séptimo de su carrera en un partido sobre arcilla; cuatro los había ganado, el último en 2014; dos perdidos, el último en 2016. Y el canadiense, consciente de que ya tenía que haber ganado este partido, se vino abajo. Hizo una doble falta kilométrica y un error grosero para comenzar 4-1 abajo y ya no pudo levantarse. Nadal avanzó tras tres horas y media y participará en los cuartos este viernes. Su rival será Alexander Zverev, como revancha de lo ocurrido en Madrid hace una semana.
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El que se quedó a las puertas de la siguiente ronda fue el malagueño Alejandro Davidovich, que cedió por 6-2 y 6-1 contra Novak Djokovic.
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