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ENRIC GARDINER
Madrid
Viernes, 18 de septiembre 2020, 11:28
Por mucho que pueda engañar el marcador, lo cierto es que el cruce de octavos de final en el Masters 1.000 de Roma entre Rafa Nadal y Dusan Lajovic no fue un paseo de rosas para el español. Sí, ganó Nadal (6-1 y ... 6-3), como casi siempre suele ocurrir en estas pistas, pero el serbio plantó a ratos una buena batalla y dio un gran nivel de tenis que no vio recompensado con más juegos en el casillero.
Tras retornar al circuito seis meses después con un cómodo triunfo ante Pablo Carreño en el que solo perdió dos juegos, Nadal puso otra vez los estándares muy altos contra un rival al que también tiene cogida la medida. Dos partidos previos ante Lajovic, número 25 del mundo, dos triunfos en Grand Slam y un balance de seis sets a cero. El balcánico se mueve bien en tierra y el año pasado alcanzó una inesperada final en Montecarlo, donde cayó ante el italiano Fabio Fognini, y salió en la noche romana a dar un pequeño dolor de cabeza a Nadal.
Pese a que fue el manacorense el que comenzó con ventaja en el marcador, Lajovic quebró, por primera vez en el torneo su saque, y obligó, en un interminable juego, a Nadal a disponer de seis bolas de rotura ante de ceder su servicio. Para ello el balear necesitó golpear un resto paralelo ganador desde casi la grada. Un golpe digno de los mejores momentos del partido, que se intercalaba con las derechas paralelas de un Lajovic que no dudaba en soltar el revés a una mano para desperezarse de las bolas pesadas y cargadas de efecto de Nadal.
Entrenado por el español José Perlas, ex de Juan Carlos Ferrero y Fabio Fognini, el serbio estaba dando espectáculo en pista, mientras veía que su marcador se desangraba. Uno, dos, tres, cuatro juegos, y así encajó hasta siete consecutivos desde aquel lejano 1-2 del que había disfrutado minutos atrás.
La voracidad de Nadal se llevaba por delante una pista central en Roma prácticamente vacía y Lajovic era la víctima principal de un tenista que ha estado parado seis meses y que necesita de victorias para cargar su depósito. Ante el serbio agarró 91 minutos en las piernas, gracias sobre todo a una pequeña desconexión final que le hizo pasar del 4-0 al 4-3, con el objetivo final de sumar los dobles dígitos en Roma, donde acumula nueve títulos y busca repetir por tercer año consecutivo.
En cuartos de final este sábado tendrá enfrente a Diego Schwartzman, al que ha batido en las nueve ocasiones en las que se han medido, la última de ellas en las pasadas Finales de la Copa Davis.
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