Schwartzman toca la balada perfecta para eliminar a Nadal

Durante las dos horas y cuatro minutos que duró el encuentro en el Foro Itálico, Schwartzman fue el mejor jugador sobre tierra batida en una pista en la que también estaba Nadal. Por primera vez en mucho tiempo, el manacorense era superado en arcilla por un rival que prácticamente utiliza la misma táctica que él. Aguantar hasta encontrar el hueco siendo muy fuerte desde el fondo de la pista.

La exhibición del argentino era difícilmente predecible, puesto que en sus nueve anteriores encuentros ante Nadal siempre había perdido y solo se había conseguido anotar dos sets. Solo una vez estuvo cerca de la sorpresa y fue en Roland Garros 2018, cuando dominó set y break arriba, hasta que la lluvia obligó a parar el partido y cortó de seco el ritmo de 'el peque'.

Pero en Italia renació esa versión de Schwartzman, que amedrentó a Nadal y le acogotó al fondo, sin darle apenas opción a entrar en pista y dominar con la derecha, esta vez carente de velocidad. Tuvo un comienzo malo el español, que desperdició su opción de romper el saque del rival y lo sufrió en sus carnes al juego siguiente. Encajó un 6-2 en un primer parcial indigno para él en esta superficie. Mérito a partes iguales de un Schwartzman extraterrestre y de un Nadal más humano que nunca.

Se desesperó el balear a tirar dejadas inútiles y completó un encuentro errático al servicio (43% de primeros servicios) y plegado de fallos (30 errores no forzados). Incluso experimentó problemas con el sudor en la primera manga y tuvo que parar para echarse polvos en las manos antes de poder continuar.

Pareció resucitar al principio del segundo set, al levantar un 15-40, pero fue un espejismo. Fue siempre por detrás de la excelencia del argentino, que le quebró tres veces más el servicio. Nadal reaccionó inmediatamente en los dos primeros, aprovechando los nervios de Schwartzman al sacar para partido, pero en el último hincó la rodilla.

El argentino gritó cuando conectó la última volea ganadora y levantó los brazos para alegría de su entrenador y su novia, presentes en la grada. «He jugado el mejor tenis de mi vida», aseguró minutos después. Este fue, por tanto, el último partido de Nadal en tierra antes del comienzo de Roland Garros, para el que apenas restan nueve días.

La buena noticia para el balear es que no cede puntos en Roma, puesto que no se perderán hasta el año que viene, gracias a los cambios introducidos en el ránking por la ATP debido al coronavirus.