Nadal remonta y se mete en la final

En esta ocasión, Nadal consiguió levantarse del vendaval sufrido en el primer set (2-6). Luego mejoró en el saque, incluso después de perderlo tres veces de forma consecutiva, para sellar un porcentaje del 74% favorable de primeros; y, sobre todo, pasó del 25% de ganados con el segundo hasta un 57%.

Todo lo contrario que el escocés Andy Murray, actual número 2 del mundo y que flojeó en el servicio a la vez que acusaba mayor cansancio físico. Exprimido por los largos intercambios del inicio, esos duelos casi agónicos levantaban al público en la grada mientras caían del lado de Nadal sobre la pista.

Eso otorgó alas al manacorí, que se mostró como un rodillo en el tercer parcial (6-2) para tener otra vez la oportunidad de ganar su noveno título en el principado monegasco, el Masters 1000 que más ha ganado durante su carrera en dicha categoría.

Mejor estado de forma ante Monfils

El partido ante Murray confirmó el mejor estado de forma en el que se halla Nadal, quien contó con el favor del público en la pista Rainiero III y mantuvo a su rival en todo momento lejos de la red. «Fue muy difícil, luché mucho», dijo de forma muy rápida el balear, que optará a los 29 años a su 68º título en su final centenaria.

El último obstáculo para dicho título será el francés Gael Monfils, quien en la otra semifinal doblegó a su compatriota Jo-Wilfried Tsonga por 6-1 y 6-3, durante un partido que se alargó apenas una hora y nueve minutos.

Este enfrentamiento ya significaba de antemano que habría un finalista francés en Montecarlo por primera vez desde el año 2000, cuando Cedric Pioline ganó en tres sets (6-4, 7-6 y 7-6) al eslovaco Dominik Hrbaty.