Un 'Palacio' de oro para cumplir los sueños de León

En su adiós, Chartlon dio un sobrenombre al estadio del Manchester United: 'El teatro de los sueños' ¿El motivo? «Todos los niños de Manchester sueñan con triunfar en este teatro. Yo he cumplido mis sueños aquí». Así fue como ese apodo se asentó en el estadio británico, algo que se puede trasladar al Palacio de los Deportes de León, que 'nació' poco antes que este sobrenombre, concretamente el 23 de abril de 1970, y que, con medio siglo de vida, cumple con la misma función: es el 'escenario' donde todos los niños leoneses sueñan con lograr sus grandes hitos deportivos en el futuro.

Baloncesto, voleibol, balonmano, fútbol sala, lucha leonesa, boxeo, deportes de contacto o gimnasia rítmica. Han sido infinidad de modalidades las que han hecho del Palacio su casa, su fortín, su teatro de los sueños. Incluso también hay una frase para la historia referente al pabellón leonés y pronunciada por uno de los más carismáticos personajes que ha hecho – y sigue haciéndolo – soñar a los leoneses. Fue Manolo Cadenas cuando, en un tiempo muerto, arengó a los suyos: «Esto es León y aquí mandamos nosotros».

En los años finales del Franquismo, cuando se empezaba a vislumbrar un futuro diferente, este polideportivo abrió sus puertas con la intención de acaparar los grandes eventos del deporte de la ciudad, con el reto de ser un lugar de culto deportivo. Su primer partido fue un enfrentamiento entre las 'selecciones' de León - formada por jugadores del Hispánico-OJE - y Bilbao, aunque su inauguración oficial tuvo lugar con la final de la Copa del Rey de baloncesto entre el Real Madrid -con el leonés Emiliano Rodríguez en sus filas - y el Joventut de Badalona.

Levantado a la par que el Parque de Bomberos, a apenas unos metros de este recinto, se trataba de una obra bastante moderna y novedosa, con una techumbre que simulaba una cadena de atómos, rígida que, más adelante, generaría ciertos problemas. El objetivo era claro: ser un centro de élite del deporte leonés, algo que ha conseguido, acogiendo en su pista a la Liga ACB, Liga Asobal, División de Honor femenina de balonmano, Liga 1 de baloncesto, fútbol-sala de élite, la tradición de la lucha leonesa, títulos continentales de boxeo y kickboxing o a la élite del voleibol. También ha sido escenario de partidos internacionales de distintos deportes que encontraron en este recinto un contexto especial, romántico y diferente y del deporte amateur, para todos, con enceuntros, por ejemplo, de la Liga Asolefusa.

La primera gran obra tuvo lugar en los años 80, con el ascenso del Elosúa León a ACB. «Había que ampliar el aforo hasta 5.000 personas y fue una obra complicada que se hizo con menos dinero del que sería ideal. Se crearon los fondos, que hasta entonces no existían y esa cubierta soldada y rígida generó problemas», relata el concejal de Deportes del Ayuntamiento de León, Vicente Canuria. «Había peligro de que la estructura se cayera, pero la colocación de unos refuerzos especiales fueron la solución», añade Canuria.

Esa fue la primera gran reforma, el primer gran cambio de este Palacio de los Deportes que, algunos de sus protagonistas califican de «centro social». Este 'teatro de los sueños' leonés no solo era un centro deportivo, sino que era también un punto de encuentro. Sus pasillos y sus vestuarios, si pudieran hablar, relatarían millones de historias, cientos de encuentros y serían el testigo perfecto para relatar relaciones personales y de amistad que surgieron en las entrañas del corazón deportivo de León.

Ya en épocas más modernas, en los inicios de la década de los 2000, se produjo se segundo gran cambio, con la instalación de las cabinas de prensa, las estructuras para facilitar las retransmisiones televisivas y el palco de la cara oeste del pabellón.

La Liga Asobal ganada por el Ademar, las tardes gloriosas de Baloncesto León en ACB, Copa del Rey y Copa Korac, al Cleba levantando su primera Copa ABF, el San José luchando contra la élite del baloncesto femenino nacional, el RAM buscando hacerse un hueco entre la flor y la nata del fútbol sala o el voleibol, con sus días dorados en los ochenta. Todos esos clubes, a los que hay que sumar un Aros Patatas Hijolusa de reciente 'mudanza' a este recinto o el sueño de Agustinos Eras que se rompió en una fase de ascenso a LEB Plata que pudo completar años después.

Pero también otros deportes han tenido su hueco, como la rítmica y su gala del Ritmo, además de haber vivido otro hito: la primera corona nacional de Carolina Rodríguez en 2006, en casa. Roberto Castañón y sus defensas del título europeo, la gloria de Santiago Bango en 1997 o innumerables recuerdos deportivos.

Pero no solo ha sido un epicentro deportivo, también cultural y social aunque, como destaca el concejal Canuria, «esta singularidad ya ha desaparecido con la construcción de espacios como el Auditorio o el Palacio de Congresos y Exposiciones». Innumerables artistas de tronío han pasado por la pista del Palacio, como si fuesen estrellas del deporte, para dejar su huella en León, como lo hicieron los eventos solidarios y sociales que allí han tenido su espacio.

¿Y ahora qué? Todos coinciden en que el «abuelo» del deporte leonés merece y necesita un lavado de cara que el Ayuntamiento, en boca de Vicente Canuria, está dispuesto a dar. «Desde el inicio de nuestro mandato, tenemos en mente un plan de mantenimiento de estructuras deportivas, con dos millones destinados a él, y donde entra el Palacio».

El Ayuntamiento prevé abordar una actuación solicitado por núcleos deportivos de la ciudad, como es la remodelación de los vestuarios y de los sotanos, y también tiene en mente el cambio del parqué, desgastado por su uso.

La crisis del coronavirus quizá obligue a modificar este plan, señala Canuria, pero no a abandonarlo. «Es imprescindible, porque la falta de mantenimiento puede crear daños irreparables en su estructura. Lo abordaremos, quizá en un plazo temporal más largo del que teníamos previsto inicialmente», señala.

El 'teatro de los sueños' de León sigue en pie. Continua siendo ese lugar al que, cada fin de semana – mientras el coronavirus lo permita – cientos de leoneses acuden para ver a sus ídolos, para apoyar a sus equipos, para escribir otra página de la sociedad, la historia y el deporte leonés. Porque el Palacio de los Deportes ha sido, es y seguirá siendo el escenario donde todos los niños leoneses querrán brillar.