A todo gas por la montaña

El ruido de los motores y el olor a rueda quemada han despertado este sábado la habitual tranquilidad de los valles y puertos de la montaña central leonesa. El XXIII Rallye de León ha regresado para hacer vibrar a los aficionados de este deporte del motor que ha sorteado las curvas y acelerado en las rectas de unas carreteras que discurren entre un paisaje sin comparación.

Naturaleza y adrenalina se han dado la mano para hacer vibrar a un público que ha devuelto el espectáculo entregándose al paso de los corredores. Cerradas curvas seguidas de infinitas rectas son el principal atractivo de esta prueba que se corre en los conocidos como tramos de la mina entre Santa Lucía de Gordón y Rabanal de Fenar, y en Aralla recorriendo el valle de Arbás. Ya por la tarde será momento de trasladar la emoción del Rallye de León a los tramos de Riello y Soto y Amío. Además, La Robla se ha convertido en el epicentro del campeonato al contar con el podio de salida y el parque de asistencias.

En el tramo que discurre entre Cubillas de Arbás y el Puerto de Aralla no han faltado los derrapes, la gravilla saltando desde el suelo ni las maniobras imposibles que han acabado con el público lanzándose en ayuda del piloto.

Como favorito parte Óscar Palacio que corre con un Ford Fiesta R5 y luchará contra el otro piloto destacado Juan José Alba que compite con un Scoda Fabia R5.

Ambos lucharán por hacerse con este título puntuable para el Campeonato de Rallyes de Castilla y León junto a otros 44 corredores entre los que no falta la representación leonesa en los lacianegos Tito Villanueva o Jorge Gómez. Y como siempre el espectáculo vendrá de la conducción de Los también leoneses Alberto Arias y Alberto Aller.

350 kilómetros de circuito en un rally con 50 años de historia que regresó con fuerza en 2019 tras once años de ausencia. Una impactante puesta en escena sobre el asfalto de la montaña leonesa que sin duda ha vuelto para quedarse.

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