JESÚS GUTIÉRREZ
SPIELBERG
Lunes, 22 de agosto 2022, 16:05
Siempre se ha dicho que en el motociclismo el piloto marca más la diferencia que la mecánica. Una frase que se ha utilizado como oposición a la Fórmula 1, pero que en los últimos tiempos se ha puesto en entredicho en más de una ocasión. ... En su último año, Valentino Rossi se quejaba de que el componente humano cada vez era menor en el campeonato, por culpa del desarrollo tecnológico y, sobre todo, aerodinámico de las MotoGP. En este sentido, Ducati lleva años en la vanguardia de la clase reina del motociclismo. Ha ganado los dos últimos títulos de constructores y va camino del tercero en 2022 por aplastamiento (saca 96 puntos a Yamaha). Sin embargo, se le resiste la pieza de caza mayor. Un título de pilotos que la fábrica italiana solo ha ganado una vez en su historia, en 2007 con el irrepetible Casey Stoner.
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La cosa no pinta muy diferente en 2022. La intermitente primera mitad de temporada de Pecco Bagnaia (cuatro ceros y un decimocuarto puesto en los diez primeros grandes premios) le ha dejado sin margen de error en lo que queda de campaña. Todavía tiene que remontar 44 puntos. Puede parecer un mundo, pero hace tan solo tres carreras estaba a 91 de Quartararo. Tres victorias consecutivas del piloto de Turín le han metido de nuevo en la batalla y el francés no duda en señalarle como su rival número uno, a pesar de que Aleix Espargaró siga siendo segundo con 32 puntos de desventaja.
Lo que más le preocupa a Quartararo es la superioridad de la Ducati, no solo en velocidad pura y dura, sino también en número. En la actual parrilla hay ocho Ducati por cuatro Yamaha, y al menos cinco, cuando no más, están regularmente entre los mejores. Se vio el último fin de semana en Austria, cuando los pilotos de la fábrica italiana coparon cuatro de las cinco primeras posiciones. Solo se inmiscuyó en la segunda plaza el brillante Fabio Quartararo, que se convirtió en una especie de David contra Goliat en el trazado austriaco. El francés dio por bueno perder solo cinco puntos con su rival, teniendo en cuenta que en las últimas vueltas tuvo que adelantar a las Ducati de Jack Miller y Jorge Martín.
Tras la carrera de Austria, Aleix Espargaró no tuvo ningún reparo en decir ante los medios que Fabio Quartararo era el mejor piloto de la actual parrilla de MotoGP (aunque no lo dijo él, habría que matizarlo por la ausencia de Marc Márquez). El francés recibió de buen agrado el piropo de su amigo. «Es un buen halago de Aleix, pero no me gusta decir quién es el mejor, no quiero pecar de vanidoso». Y dejó una reflexión interesante a continuación. «Ahora mismo las Ducati están muy fuertes, pero necesitas tener también el piloto correcto sobre la moto correcta».
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Otra de las frases manidas que se utiliza a menudo en el paddock es que el nivel real de una moto te la da su segundo piloto. Un vistazo a la clasificación general nos sitúa a cinco Ducati en el top 10, habiendo logrado al menos un podio seis de ellos. No se puede negar que se trata de una moto completísima, y que no está construida para un estilo de pilotaje en particular, sino que le va bien a todos. En el caso de las Aprilia (Aleix Espargaró y Maverick Viñales) o de las Suzuki (Álex Rins y Joan Mir) también se puede apreciar equilibrio entre ambos compañeros de equipo, por lo que se puede intuir el nivel de esas MotoGP. Pero el caso de Yamaha es realmente peculiar y hasta sangrante. Mientras Quartararo es el líder del Mundial con 200 puntos, su compañero de equipo, Franco Morbidelli, es decimonoveno con 26. Y las otras dos Yamaha satélite (Andrea Dovizioso y Darryn Binder) están en los puestos vigesimoprimero y vigesimosegundo respectivamente. ¿Qué sería de la marca japonesa sin su único referente?
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En el pasado ya se vieron motos de un solo piloto. El caso de Stoner con la Ducati hace algo más de una década fue paradigmático. Y más recientemente le ha pasado a Honda con Márquez. En todos los casos se trata de talentos innatos, pilotos especiales que probablemente podrían ir rápido con cualquier moto. Para una marca es una bendición contar con este tipo de deportistas, pero al mismo tiempo puede convertirse en un arma de doble filo. La travesía en el desierto de Honda desde que Márquez se lesionó es un buen reflejo de ello. Yamaha ha decidido fiar todo a su estrella, que de momento aguanta las embestidas de una Ducati muy superior y de un inspirado Pecco Bagnaia. Por suerte para ellos, en MotoGP el piloto sigue haciendo la diferencia. Y el mejor en 2022 se llama Fabio Quartararo.
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