La caída más dura de Marc Márquez

El primer bloque de dos pruebas consecutivas se va a completar este fin de semana de nuevo en Jerez, con la disputa del Gran Premio de Andalucía. Con tres interrogantes sobre el estado físico de tres pilotos de MotoGP, una posibilidad que con tantas pruebas enlazadas temían los participantes: un accidente podía tener un coste mucho mayor que en otras temporadas, como ha empezado a demostrarse.

Álex Rins se cayó el sábado en el entrenamiento oficial y se produjo una luxación en su hombro derecho, con una microfractura en la cabeza del húmero. El de Suzuki, uno de los hombres fuertes de MotoGP, se perdió la carrera. «Ahora hay que esperar al jueves, cuando me harán una resonancia para ver si ha bajado el edema óseo», explicó tras la prueba. «Esperanzas tengo de probarme el viernes. Igual me subo a la moto y no puedo dar ni dos vueltas seguidas, pero hasta que no me pruebe…».

Cal Crutchlow fue otro que no corrió. Se fue al suelo en el warm up y viaja este lunes a Barcelona para operarse el martes de una pequeña fractura en el escafoides de su mano izquierda con la idea de, al igual que Rins, intentar subirse a la moto el viernes. Algo que se complica por las durísimas condiciones de temperatura que hay en Jerez.

El tercer interrogante, este mucho más serio, es el de Marc Márquez, que se cayó en la curva 3, a cinco vueltas para el final de la carrera, después de que su moto rozase la línea blanca. El campeón venía en plena remontada con el objetivo de rebasar a Maverick Viñales y conseguir el segundo puesto, una vez que el primero, Fabio Quartararo, era ya inalcanzable.

Márquez, como Crutchlow, pasará el martes por el quirófano en Barcelona para ser intervenido de la fractura completa (con un leve desplazamiento) del tercio medio del húmero de su brazo derecho. Una lesión que tendrá un pronóstico de recuperación u otro dependiendo de si hay afectación en un nervio. En cualquier caso, y a falta del resultado de la operación, es bastante improbable que Márquez pueda estar el viernes sobre su moto, lo que provocaría que se perdiese por lesión su primera carrera desde que es piloto de MotoGP.

Y eso que el campeón sabe muy bien lo que es caerse. En 2018 se fue al suelo hasta 23 veces, cuatro menos que las acumuladas en 2017. «Yo no quiero caerme, yo pretendo mejorar esa estadística, pero si he de caerme 20 veces para ser campeón, me caeré», afirmaba el año pasado. Unas caídas con pocas consecuencias, que le hacían parecer de goma. En 2013 en Mugello impactó a unos 280km/h contra el muro, y pudo continuar el gran premio. Ese mismo año en Silverstone también sufrió un duro golpe en el warm up, y salió a carrera.

El curso pasado en Tailandia, justo antes de proclamarse campeón, terminó en el hospital tras otro fortísimo impacto, y en pocas horas estaba como si nada. Tres grandes premios después, en Malasia, durante el entrenamiento oficial, voló de su Honda impactando con sus dos piernas sobre el asfalto (lanzado a 26,27G, la medida de aceleración de su cuerpo que facilitó su marca de monos), y pudo seguir compitiendo.

Esta vez, en el Mundial con el calendario más comprimido e intenso que se recuerda, a Márquez la cosa no le ha salido tan bien. Ahora habrá que ver hasta qué punto influye este incidente en su temporada.