El esperado regreso del rey Márquez

«No estoy al cien por cien, sigo con la rehabilitación. Hemos decidido que era el mejor momento para mí como profesional, pero también como persona. Y ahora toca volver a sentir la velocidad, recuperar eso mentalmente. Y de que llegue la primera caída, que va a llegar. Siento mariposas en el estómago», comentó Márquez. Vuelve rodeado de una gran expectación no solo por parte de los aficionados, sino también de sus rivales, que llevan una temporada y dos grandes premios jugándose los cuartos sin el gran dominador de la categoría en la última década, en una MotoGP que ha alcanzado unas cotas de igualdad y de intensidad históricas. El mejor ejemplo es el que se llegue a esta tercera prueba del calendario con un líder, Johann Zarco, que compite en una escudería satélite, perseguido por los dos pilotos oficiales de Yamaha, Maverick Viñales y Fabio Quartararo, ganadores de las dos carreras disputadas en Catar, con dos podios en los que ya se ha visto a un debutante, Jorge Martín (tercero en la segunda cita en el desierto), y en los que no ha estado aún el campeón del mundo, Joan Mir.

«Creo que para él será un fin de semana especial. No vino a Catar, ha venido aquí, sabe que aquí la moto funciona y que es un circuito bastante favorable para las Honda, y ha esperado a estar al cien por cien para volver con mucho nivel. Yo hubiera hecho lo mismo. Le deseo lo mejor. Creo que será muy rápido. No sé desde qué momento, pero lo cogerá rápido», opinaba Mir, aunque sus juicios no coincidiesen con los de Márquez, la referencia por la que más se le ha preguntado desde que se llevó la corona de la clase reina. Porque el piloto del Repsol Honda asegura no estar en plenas condiciones (aún sigue tomando antibióticos consecuencia de la infección que se le encontró tras la última operación), y porque enmarca su regreso en una decisión tomada unánimemente por los doctores, después de valorar todos los riesgos que debe asumir como piloto de competición. «La caída llegará, espero que más tarde que temprano», aceptaba el de Cervera sobre ese 'factor riesgo'. «Es algo que le dije a los doctores, aunque fuese en mi contra. Le dije que mi brazo tenía que estar listo para caer, porque no sé hacerlo de otra manera y el cuerpo tiene que estar listo. Esto forma parte de este deporte. Pero no es lo que más me preocupa. Lo que más me preocupa es volver a mi estilo de pilotaje», reconoce.

Este viernes comenzarán los primeros entrenamientos de este Gran Premio de Portugal, con una primera sesión que podría ser en mojado. Incluso en esas condiciones Márquez ha anunciado que va a probar, aunque tan solo sean unas vueltas. Con los focos puestos en el piloto español, aunque los que tiene alrededor no van a parar para esperar a nadie, y menos a alguien del nivel de un seis veces campeón del mundo de MotoGP. Este retorno, como razonaba Mir, llega en un escenario más favorable para Honda que el de Catar, después de que el año pasado Takaaki Nakagami fuese quinto, Stefan Bradl séptimo con la moto de Marc Márquez (el español usará la base que ha dejado el alemán para comenzar con su trabajo), y el hermano de éste, Álex, noveno.

Esto en un circuito en el que dominó con firmeza el local Miguel Oliveira, con la KTM, en una especie de remedo de lo que pasó con Nicky Hayden cuando el Mundial visitó otro peculiar trazado, Laguna Seca. El malogrado estadounidense se hizo con la victoria en las dos primeras visitas a California, algo que perseguirá el luso. «No he dicho que descarte nada, porque no descarto nada», reconocía Márquez sobre sus posibilidades, asumiendo que es quien es. «Mientras mejor me encuentre encima de la moto mejor será el resultado, pero no me marco ningún objetivo. Pero no descarto nada», insistió.