óscar gonzález
Alcañiz
Viernes, 23 de octubre 2020, 16:29
«Este es un circuito con pocas curvas enlazadas y con bastante recta, así que se adapta bastante bien a nuestra moto. Es probable que cuando lleguemos a Valencia tengamos de nuevo más problemas. Este año todo está muy apretado, así que es un error ... pensar que antes la moto no iba y ahora es muy buena». Así reflexionaba Lucio Cecchinello, responsable de la escudería LCR, equipo satélite de Honda, sobre el rendimiento de la moto japonesa en el Motorland de Aragón. Con Cal Crutchlow tercero en la parrilla del último gran premio, Álex Márquez segundo en la carrera, Takaaki Nakagami quinto, con el japonés primero este viernes en la combinada de la primera jornada del Gran Premio de Teruel, el británico tercero, el español sexto (y primero en el primer entrenamiento libre) y con su cuarta moto, la de Stefan Bradl (piloto de pruebas y sustituto de Marc Márquez) en una inusual undécima plaza, a cinco milésimas del décimo, Pol Espargaró, el piloto que marca el corte provisional de esos diez que se clasifican directamente para la Q2.
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La moto campeona de los últimos años ha pasado en poco tiempo de ser cuestionada en ausencia del gran dominador de MotoGP en los últimos años, a sorprender después del destello en mojado en Le Mans de Álex Márquez y del goteo constante de Nakagami, sin brillo excesivo pero con una regularidad que le permite encarar las últimas cuatro carreras de 2020 quinto de la general a 29 puntos del líder y como el único piloto de las tres categorías que ha terminado todas las carreras, en su caso todas entre los diez mejores.
«Para mí es interesante porque al final creo que Honda es una moto interesante y que lo estén demostrando sus pilotos está bien ya que, al final, tienes más motos que pueden ganar una carrera y la competición es de mayor nivel», analizaba este viernes Maverick Viñales, segundo en un primer día en el que Yamaha también metió a Fabio Quartararo entre los mejores (cuarto). «Nakagami lo está haciendo bien ya desde hace muchas carreras», continuaba el español, tercero de la general.
«Por ejemplo, en la segunda carrera de Austria iba a hacer podio seguro, estaba muy fuerte. Lo que veo es que están dando pasos pequeñitos pero que van hacia adelante, y Álex también ha mejorado mucho, se le ve pilotar mucho más agresivo de lo que pilotaba antes y eso seguramente es porque le beneficia el estilo de la Honda», apuntaba Viñales sobre una moto que, a día de hoy, puede aspirar a todo en este fin de semana, en uno de esos trazados 'Marc Márquez', en el que el de Cervera mantiene un récord de la 'pole' cuatro décimas más rápido que lo marcado por Quartararo el sábado pasado. Un techo que parece difícil de romper en una jornada de entrenamientos oficiales que de nuevo será crucial de cara a una carrera en la que la posición de parrilla puede ser muy importante (aunque el ganador del domingo en Alcañiz, Álex Rins, lo hiciese partiendo desde la décima plaza).
«En Valencia empecé con una puesta a punto, pero en Jerez pasamos a otra más estándar en plan 'Esto es lo que hay, adáptate e intenta coger confianza'. Era un 'set up' que te daba mucha confianza y que te transmitía mucho, pero llegaba un punto en el que cuando estabas a un segundo de los tiempos de cabeza, o un poco más, había que hacer un cambio», explicaba el menor de los Márquez, la gran sorpresa de este tramo final de la temporada, un piloto que se ha movido en zonas grises durante todo el curso y que ahora busca ser el mejor debutante del año, un honor que parecía destinado al sudafricano Brad Binder, ganador con la KTM en la República Checa.
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«Yo decía que se llegaba fácil hasta ese punto, pero ahí había como un muro. Costaba mucho mejorar y tenía caídas de las que no entendía el por qué, y era porque yo intentaba forzar más de delante y no había más. A partir de Austria fue cuando empezamos a introducir los cambios. Sí es verdad que allí me costó, pero me encontraba mejor con el tren delantero y fue en Misano donde hicimos el cambio más grande, tanto con las nuevas piezas de Honda como con la puesta a punto. Ahí rompimos ese muro y ahora la moto me permite forzar más y buscar más los límites», destacaba Álex Márquez. Una situación que tanto él, como el resto de pilotos de Honda, tratarán de aprovechar en Aragón, también como prueba de que hay vida más allá de Marc Márquez en la casa del ala dorada.
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