Fenati pone una losa a su carrera deportiva

La escuadra italiana, además, quiso pedir disculpas a todos los aficionados del Campeonato del Mundo de Motociclismo, un pensamiento que, por ejemplo, también había expresado el domingo el piloto de MotoGP Pol Espargaró, que además de confesar su vergüenza por lo visto añadía una petición de disculpa al aficionado que había presenciado una maniobra de ese calibre. Espargaró, y antes fueron igual de contundentes otros como Jorge Lorenzo («Lo que ha hecho Romano es horrible»), Marc Márquez («Se le ha parado el cerebro») o Cal Crutchlow («No deberían dejarle correr más»).

Y, en cierta medida, esto último que dijo el británico de Honda, tercero en Misano, se va a cumplir, no sólo por lo anunciado por la escuadra de Fenati (que pretende exprimir el contrato para forzar que no se cumpla esta ruptura unilateral), sino también por cómo se expresó en sus redes sociales Giovanni Castiglioni, presidente de MV Agusta, marca de motos que regresará el año que viene al Mundial en Moto2 de la mano de Forward Racing.

Precisamente es la escudería para la que compite Stefano Manzi, sancionado tras la carrera de este domingo con la pérdida de seis puestos en la parrilla de salida del Gran Premio de Aragón que se disputará la semana que viene en Alcañiz (por conducción irresponsable causando la salida de pista de otro piloto), una resolución de Dirección de Carrera comunicada tras la de dejar fuera de esta prueba y de la siguiente de Tailandia a Fenati. «Esta ha sido la peor y más triste cosa que he visto en una carrera de motos», comenzaba la publicación de Castiglioni. «Los verdaderos deportistas nunca actuarían de esta manera. Un pensamiento que se concretó con un comunicado de prensa en el que MV Agusta informaba de la ruptura del contrato que vinculaba a ambas partes para 2019.

La acción de Fenati (tocar la maneta de freno de la moto de Manzi cuando este rodaba a unos 217km/h, información proporcionada por la telemetría) vino precedida por un enfrentamiento barriobajero entre los dos pilotos que finalizó con una acción cuya repetición ha dado la vuelta al mundo. «No me parece justa la decisión: un gesto así no debe hacerse nunca y ni siquiera se le debe pasar a alguien por la cabeza; este movimiento es peligroso y pone en un grave riesgo la vida de otros pilotos», espetó Manzi a la web italiana de motor GPOne tras conocerse el castigo a Fenati.

Sin embargo, el culpable de la acción reconoció en los micrófonos de Movistar MotoGP que su maniobra no estaba justificada, pero que había que analizar todo lo ocurrido en carrera con su rival, un piloto que, por otra parte, siempre ha tenido fama de duro. «¿Perdonarle? No. Cuesta perdonar alguna trampa, así que imagina un gesto así, en el que un adversario prueba a matar a un rival a más de 200 por hora, tirándole de la leva del freno, no es un gesto perdonable», concluyó Manzi.

Fenati, por su parte, publicó en la tarde del lunes una nota en su página web en la que quiso expresar su arrepentimiento. «Pido perdón a todo el mundo del deporte. Esta mañana, ya con la cabeza fría, me he dado cuenta de que me gustaría que todo esto no fuera más que un mal sueño. No paro de pensar en esos momentos, hice un gesto incalificable», aceptó el piloto, que reconoció tener un carácter impulsivo pero que no quiso hacerle daño a Manzi, aunque en todo momento calificó lo sucedido de injustificable.

Con todo esto el futuro de Fenati en el motociclismo se complica, y mucho. El piloto romano irrumpió en el Mundial de Moto3 subiendo al podio en su primera carrera, y ganando la segunda, en Jerez, lo que hizo que se le bautizase como 'el nuevo Rossi'. Fenati, que no aguantó la presión que le llegó desde un país que vivía en horas bajas en cuanto a resultados, terminó enrolado, precisamente, en la escudería del astro italiano en la clase pequeña, equipo del que fue expulsado tras enfrentarse a golpes con uno de sus jefes, ni más ni menos que la mano derecha de Rossi, Uccio Salucci.

Además, ya había dejado un par de imágenes más que ejemplificaron su fuerte carácter. En 2015, durante unos entrenamientos libres en el Gran Premio de Argentina, lanzó una patada en pista al finlandés Niklas Ajo, al que después apagó la moto mientras estaban parados practicando una salida. En 2017, en Austria, le hizo una peineta a Fabio Di Giannantonio, al que increpó con gestos ostensibles después de habérselo encontrado en la trazada. Un carácter impulsivo conocido en el paddock y que esta vez le ha llevado a un extremo que puede hacer peligrar su carrera deportiva.