Ducati es el rojo verdadero

El italiano ganó su cuarta carrera consecutiva en Misano y suma ya seis victorias en los últimos nueves grandes premios. Está en los números de las grandes leyendas del campeonato. De hecho, es el primer piloto de Ducati que logra este póker de triunfos, algo que en la categoría de MotoGP solo habían conseguido antes tres nombres: Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa. Nadie más. Ducati también está en registros históricos. Aventaja en 110 puntos a Yamaha en la clasificación de constructores y, con 150 puntos en juego (quedan seis carreras en 2022), podría asegurar este campeonato en el próximo Gran Premio de Aragón.

Pero en Italia también se habla de la nueva dupla 'BB'. Bagnaia-Bastianini. Los pilotos que cruzaron la línea de meta separados por tan solo 34 milésimas en el último Gran Premio de San Marino y que representan una nueva era en el motociclismo italiano, según 'Tuttosport', «más bella, joven, fresca y ganadora». Pecco Bagnaia (25 años) y Enea Bastianini (24) serán compañeros el próximo año en la escudería oficial de Ducati y tratarán de cubrir el enorme vacío que dejó en la afición italiana la retirada de Valentino Rossi. El circuito de Misano gozó con un duelo que duró hasta que se agitó la bandera de cuadros, pero que a punto estuvo de acabar en tragedia. Y es que, cuando casi todos daban por hecho que se conformarían con el 1-2 que se había mantenido la mitad de la carrera, un irreverente Bastianini lo intentó a la desesperada en la última vuelta y estuvo muy cerca de llevarse puesto a Bagnaia. Por suerte no pasó nada, pero las caras en el box de Ducati en ese momento eran un poema.

Aseguran en la fábrica italiana que todavía no han activado las órdenes de equipo y que cualquier piloto de la marca puede pelear «con cabeza». Pero lo cierto es que ya hay voces importantes dentro del box que piden apostar todo a Pecco Bagnaia. Y no es una mala apuesta teniendo en cuenta que es la única que le queda a Ducati para ser campeón en 2022. Clasificación en mano, Bagnaia ya es segundo del campeonato después de haber superado a Aleix Espargaró. Está a 30 puntos de Fabio Quartararo, que todavía cuenta con la ventaja psicológica de más de una carrera, pero le ha recortado 61 puntos en las últimas cuatro. Así que es normal que el francés esté preocupado y frustrado por lo que se le viene encima. Y la próxima parada es el GP de Aragón, donde el año pasado ganó Pecco Bagnaia.

La cita de Misano también fue la de la despedida de Andrea Dovizioso y con su adiós, se va también el último representante de una de las mejores generaciones del motociclismo de la historia, si no la mejor. Se empezó a perder con la prematura retirada de Casey Stoner en 2012 y en los últimos años se dijo adiós a Dani Pedrosa en 2018, a Jorge Lorenzo en 2019 y a Valentino Rossi en 2021. Dovizioso cierra el círculo. Sin el palmarés de sus rivales, (solo ganó el título de 125 cc en 2004), se va siendo el segundo piloto con más carreras en la historia del Mundial tras Rossi. Y, sobre todo, con tres subcampeonatos consecutivos de MotoGP (2017, 2018 y 2019), todos ellos competidos frente al piloto que hizo de muro de contención a esa generación dorada, un tal Marc Márquez.

A sus 36 años, el ya expiloto de MotoGP colgó el casco tras cruzar la línea de meta en duodécima posición. Siempre reflexivo y calculador, como lo fue en la pista, contaba después a los medios cómo se había sentido recorriendo sus últimos kilómetros como profesional del motociclismo. «Lo único que pensaba es que no quería hacer ninguna locura antes de acabar la carrera, así que no hubo ningún problema en contener las emociones». Puro Dovizioso.