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Jesús Gutiérrez
Madrid
Domingo, 1 de octubre 2023, 07:50
Durante todo el fin de semana el campeonato había sorteado la lluvia, que siempre es un factor a tener en cuenta en Japón. Ya el domingo el circuito de Motegi había amanecido encharcado por el agua caída por la noche, pero conforme avanzó la mañana ... la pista se secó y las categorías pequeñas pudieron correr con el asfalto seco. Era el turno de MotoGP y había nubarrones negros en el horizonte.
Con la parrilla ya formada empezaron a caer las primeras gotas de agua, que en la vuelta de calentamiento ya se convirtieron en una fina lluvia constante. Ya era tarde para cambiar de gomas. La carrera se había declarado en seco y nada más darse la salida empezaron a ondear las banderas blancas que abría el procedimiento 'flag to flag'. Se abría el pit lane y el grueso de la parrilla entró a cambiar de motos para salir con neumáticos de agua.
A partir de ese momento comenzó una difícil prueba de equilibrio sobre dos ruedas, ya que con el paso de las vueltas costaba más mantenerse sobre la moto. El que mejor entendió esas condiciones fue Jorge Martín, que nada más cambiar de motos se puso al frente del grupo. Sin embargo, un error en la tercera vuelta le hizo perder muchas posiciones, pero volvió a remontar y cuatro vueltas después rodaba otra vez en cabeza. Tenía por detrás a sus principales rivales por el título, Pecco Bagnaia Marco Bezzecchi. Al mismo tiempo que asomaba en posiciones delanteras un Marc Márquez, al que siempre se le dio bien el agua y que en esas condiciones la inferioridad mecánica apenas se notaba.
El aguacero que descargó sobre el circuito terminó anegando el asfalto y provocando peligrosos 'aquaplaning'. La delgada línea de seguridad cada vez era más estrecha y pasado el ecuador de la prueba, nada más completarse la vuelta número 12 de las 24 previstas inicialmente, Dirección de Carrera mostró la bandera roja que detenía la acción en pista. Justo cuando algunos pilotos como empezaban a levantar la mano pidiendo su suspensión.
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Con todos los pilotos en sus boxes se iniciaba otra carrera a contrarreloj para ver si se podría reanudar la carrera. Urgía tomar una decisión porque cada vez había menos luz solar y la falta de visibilidad empezaba a verse como otra amenaza. La intensidad del aguacero bajó, y se anunció la resalida para veinte minutos después. Los pilotos volvieron a alinearse en la parrilla, pero tras completarse la vuelta de formación quedó claro que en estas condiciones no se podía competir y Dirección de Carrera decidió dar por finalizada la prueba, con la clasificación de la última vuelta consumada antes de la bandera roja.
Camino de los boxes Martín se enteró de que había ganado la carrera y como se había completado al menos el 50 % de la distancia, se repartieron todos los puntos en juego. De esta forma, Martín recorta otros cinco puntos a Bagnaia y se queda a solo 3 del liderato, con seis grandes premios todavía por disputarse.
Para algunos Dirección de Carrera debería haber mostrado bandera roja antes, por la peligrosidad de las condiciones. Otros como Pecco Bagnaia o Marc Márquez entendieron que era el momento de parar, a pesar de que claramente les perjudicó la decisión. El italiano estaba recortando décima a décima a Martín, en una estrategia más conservadora en cuando a neumáticos pensando en el final de carrera.
En el caso de Márquez, era la oportunidad volver a saborear una victoria en una temporada tan difícil como esta. «Con más agua tenía mejores sensaciones y estaba recuperando tiempo a los de delante. Además, jugaba a mi favor que mientras Martín y Bagnaia se están jugando el campeonato, yo no tenía mucho que perder y eso te permite arriesgar un poco más. pero la bandera roja ha llegado en el momento adecuado», comentaba el de Cervera, que aplaudía la decisión de Dirección de Carrera.
Gracias a un adelantamiento a Bezzecchi en la misma vuelta que se canceló la carrera, Márquez volvió a subir a un podio casi un año después. Cierto que esta temporada sí había quedado entre los tres primeros en un par de sprint de los sábados, pero la carrera larga del domingo es la que suma para las estadísticas de podios de un gran premio y hacía 350 días que el español no estaba en uno.
Y no podía haber escogido un mejor escenario. Un podio en Motegi, en casa de Honda, cuando más dudas hay sobre su continuidad en la marca japonesa. «Aunque haya gente que diga que disfruto con esta situación, no es así. Hay noches sin dormir, noches pensando mucho y lo estoy sufriendo, pero intento apartarlo. Intento estar lo más centrado posible en la pista porque pilotar una MotoGP no es fácil. Pero bueno, esto es un cuento romántico; tenía que llegar el primer podio del año en casa de Honda, con los jefes. Veremos qué pasa…». Un podio que además sonaba a despedida.
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