MotoGP firma bajo la lluvia un nuevo capítulo del impredecible 2020

El agua cambió por completo el guion escrito, sobre todo el sábado, uno en el que se leía que Quartararo iba a intentar poner tierra de por medio desde la salida para evitar un tapón de Ducati (con Miller, Petrucci y Dovizioso metidos en las dos primeras líneas), y en el que el resto de Yamaha, las del tercero de la general, Viñales, y las de Morbidelli y Rossi, tenían que buscar completar un domingo de gloria para la casa japonesa, eso sí, con la duda del nivel de las motos rojas, con Petrucci y Dovizioso mucho más entonados en Le Mans, y con la certeza de los problemas de Suzuki (el segundo del Mundial, Mir, salía decimocuarto).

La lluvia lo dinamitó todo y dejó una prueba con dos guerras, la de los de delante, con el cuarto de la general, Dovizioso, inmerso en ella, y la del título, con Quartararo, Mir y Viñales luchando en los últimos giros entre ellos, pero por el noveno puesto, migajas si pensamos en los puntos en juego, aunque menos teniendo en cuenta los pocos que se han repartido en el actual curso. Y todo mientras MotoGP se preparaba para recibir a su séptimo ganador en nueve carreras, a la vez de que se iba a por la cifra de 15 pilotos distintos en el podio.

El agua puso en cabeza de inicio al triplete de Ducati Petrucci, Dovizioso y Miller, los tres por delante de Quartararo, al que muy pronto se le empezó a notar la flojera en mojado (Rossi se cayó en los primeros compases de la prueba, un incidente que cortó aún más a un Viñales que había vuelto a salir fatal). Un trío que parecía lanzado hasta que, por detrás, un grupo de pilotos empezaban a mejorar el ritmo que habían impuesto. Sobre todo Alex Rins, lanzado con una elección de neumáticos que parecía más efectiva, Pol Espargaró, y un sorprendente e inesperado Alex Márquez.

Con el paso de las vueltas la prueba comenzó a ser una caza inevitable que primero llevó a Rins a la cabeza, aunque el barcelonés terminó fallando en forma de caída sobrepasado por la impaciencia de rebasar a unos rivales más lentos, sobre todo a Miller, que terminó en fuera de juego por un problema en su moto. Estas dos bajas convirtieron el duelo en un intento de Petrucci y Dovizioso por mantener sus posiciones. El primero lo logró; el segundo, no. El experimentado italiano fue rebasado por Márquez y Espargaró, que se exprimieron hasta el último giro tratando de llegar al primero, un piloto, Petrucci, que lleva más de un año desaparecido al parecer 'peleado' con su moto.

«Sinceramente, en todo momento me veía bien, pero sobre todo cuando me he puesto detrás de Crutchlow, me ha costado adelantarlo pero cuando lo he hecho he pensado, '¿por qué no?'», confesaba el menor de los Márquez, eclipsado en su año de novato por otro debutante como es Brad Binder, y en muchos momentos incluso por el tercer nuevo, Iker Lecuona. «No siento que me haya reivindicado, para nada. Es un podio en agua, pero da motivación para seguir creyendo ya que nunca he perdido la esperanza y creo que di el salto a MotoGP en el momento adecuado y que esto va a seguir adelante, así que estoy feliz de estar aquí».

Tercero, en su tercer podio del año, Espargaró, que aunque se lamentó de su estrategia de neumáticos viendo cómo le había funcionado a Márquez el compuesto medio delantero, dio por bueno el resultado. «Hacer dos podios en tres carreras es increíble y no lo hubiéramos imaginado antes de empezar la temporada. En condiciones de lluvia o de seco tenemos opciones de hacer grandes carreras y terminar así es una pasada».

Mientras, por detrás, se veía una parte de la pelea por el título. Quartararo se iba para atrás a la vez que Mir y Viñales tiraban hacia adelante, hasta que los tres se encontraron. Una batalla en tres décimas que se decantó del lado del francés que entró un puesto por delante de Viñales y dos de Mir. Algo reseñable en una pelea por el título que sube de temperatura. Y es que a falta de cinco carreras, 125 puntos, el líder se mantiene con diez de ventaja sobre Mir, 18 sobre Dovizioso y 19 con respecto a Viñales: un campeonato excepcionalmente imprevisible con cuatro candidatos en menos de una carrera, algo nunca visto hasta ahora.