El podio del GP de Italia en el circuito de Mugello. reuters
GP de Italia

Bagnaia saca nota y Quartararo y Espargaró mantienen su ritmo

El italiano firmó en casa su segundo triunfo de la temporada, un logro que le redime de su error en la anterior prueba disputada en Francia

borja gonzález

Mugello

Domingo, 29 de mayo 2022, 13:41

Hay cuatro pilotos que completado el primer tercio del Mundial de MotoGP parecen tener un punto más que el resto. O más bien la mezcla que hacen con sus motos. Las KTM están fallando, y aun así su líder, Brad Binder, consigue sacarle petróleo al ... prototipo austríaco. Aunque, claro, eso solo le da para terminar no muy lejos de la cabeza, sin oler el podio. En Suzuki han entrado en un ciclo que parece depresivo, una vez anunciado el fin del proyecto y mientras sus pilotos tratan de buscar acomodo para 2023. En las dos carreras disputadas tras el terremoto de Jerez, Álex Rins y Joan Mir han terminado por los suelos, lo que les empieza a descartar como bazas para pelear por el título.

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En Honda la cosa incluso está peor que en estas dos fábricas, estancados en un último puesto de la clasificación de constructores y con un horizonte más nublado aún con la parada indefinida de su número 1, Marc Márquez. Y con una moto pendiente de soluciones que van a caer en manos de tres pilotos que ni siquiera tienen garantizado un puesto en la casa del ala dorada para el próximo curso (Takaaki Nakagami fue el mejor clasificado este domingo en el circuito de Mugello, octavo, mientras que Márquez fue décimo). Así que queda la batalla entre Yamaha, o explicado correctamente, una Yamaha, la de Fabio Quartararo, la Aprilia en manos de Aleix Espargaró, y el batallón Ducati, que colocó a los cinco primeros de la parrilla del Gran Premio de Italia, y que tiene a Enea Bastianini y a Pecco Bagnaia como sus referentes.

La atípica formación de salida fue el escollo con el que tuvieron que lidiar los favoritos, quitarse de encima a Fabio Di Giannantonio, el autor de la pole, Marco Bezzecchi, segundo, y Luca Marini, tercero, aunque fueron estos dos últimos los que opusieron la mayor resistencia. «He salido a por todas, agresivo, a intentar ganar, y no lo he conseguido, porque he perdido mucho tiempo con las Ducati de Marco y de Luca para adelantar. Han hecho un muy buen trabajo porque saliendo delante siendo rookies no cometían errores, no les podía pasar», explicó al terminar la prueba Espargaró.

El rival más sólido del líder

El piloto español de Aprilia salía a pista con la intención de pelear por ganar. Incluso con la idea de arriesgar más que otras veces por ser un escenario sentimentalmente importante para su marca, aunque sus propios jefes fueron los que le pidieron cabeza y sensatez para volver al garaje con una buena cantidad de puntos, que fue lo que hizo el catalán. Espargaró brindó dos muy buenos adelantamientos precisamente a las Ducati de Marini y de Bezzecchi, defendió muy bien su posición en las últimas vueltas y firmó su cuarto podio consecutivo, lo que le consolida en la segunda posición de la general de MotoGP, como el rival más sólido del líder Quartararo. «Está claro que Fabio y yo estamos constantemente luchando delante, Pecco ha cometido más errores, pero cuando lo tiene todo en el sitio parece que es muy difícil de batir», destacó Espargaró.

Y lo tuvo todo en el sitio este domingo. Bagnaia también hizo el trabajo de desembarazarse de los no habituales, y tomó una ventaja de las que le gustan, oscilando entre las nueve décimas y 1.2 segundos, lo suficiente para gestionarse y no meterse en la zona de riesgo. Ello le llevó a no cometer el error que le llevó al suelo en Le Mans, un día en el que parecía que como mínimo tenía el segundo puesto en sus manos, y del que salió con cero puntos y complicándose las opciones en el Mundial. Porque el que no falla es Quartararo, preocupado después de los entrenamientos, pero que supo dar la vuelta a la situación para encontrar un ritmo suficiente como para terminar segundo y aumentar su ventaja en la general. En una jornada en la que falló el cuarto en liza, Bastianini, cuando parecía en disposición de remontar. «Creo que he hecho mi mejor carrera de MotoGP», proclamaba orgulloso el francés, que salió bien, adelantó bien y sacó otra vez el máximo beneficio a una moto que solo está funcionando en sus manos. Un segundo puesto que, tras ocho grandes premios, le hacen mantenerse como el referente de la categoría, aunque siempre notando el aliento del inesperado dúo Aprilia-Espargaró.

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