Quartararo asesta un golpe casi definitivo al campeonato

No fue así con la misma combinación en el caso del segundo de la general, Joan Mir, que naufragó desde antes de llegar a mitad de carrera, y que de remontar del undécimo al quinto puesto pasó a irse para atrás para terminar noveno. Y peor le fue la cosa al tercero del Mundial, Pecco Bagnaia, que decidió usar las dos opciones más blandas tanto delante como detrás y terminó hundiéndose para sumar solo dos puntos: 25 del líder, siete de Mir, dos de Bagnaia. Un triunfo que adquiere así un valor mucho mayor a falta de seis pruebas para que termine el campeonato.

«Sí que es la victoria más importante del año, pero no me estoy centrando en el campeonato. A ver, si pasas de 47 a 65 puntos en la clasificación está claro que es la victoria más importante. Antes de empezar esta carrera me decía a mí mismo: 'no pienses en el campeonato por lo menos hasta Misano'. Y ahora mismo no quiero pensarlo más porque estoy disfrutando, me siento bien sobre la moto y encararé el próximo gran premio como si fuera el primero», razonaba el francés, que supo esperar el momento oportuno para pasar al ataque.

Tras colocarse cuarto superaba en el tercer giro a Bagnaia, para situarse tras Pol y Aleix Espargaró, que dejaban la inédita imagen de ver a dos hermanos al frente en MotoGP. De inicio fue Pol el que hizo valer su pole, lo que le permitió encabezar sus primeras vueltas sobre la Honda, aunque el hecho de que fuese el único de los de cabeza sin neumático medio trasero hacía prever dificultades para el tramo final de la carrera. «Lo cierto es que creo que ha sido la primera vez en la que realmente he disfrutado encima de la Honda en carrera», reconocía el de Granollers. «Al final he sufrido porque sabíamos que con el neumático trasero blando muy lejos no íbamos a llegar, pero era la única opción que podíamos utilizar, lo demás era demasiado duro no sólo para mí sino para todas las Honda», analizaba en un día en el que su compañero Marc Márquez cometió un error en los primeros compases de la carrera con el que se llevó por delante a Jorge Martín, que había estado en los dos últimos podios.

Pol Espargaró terminó quinto, más de cinco segundos por delante de Brad Binder, cuya KTM cerró un grupo de seis pilotos montados en seis monturas de seis fábricas distintas, un hecho insólito en la clase reina. Tras la Yamaha de Quartararo cruzó la meta la Suzuki de Álex Rins, el último ganador en Silverstone, un piloto desdibujado este año pero que demostró su capacidad en un trazado en el que su marca había ganado también en 2016 con Maverick Viñales.

Una Yamaha, una Suzuki, cuarta la Ducati de Jack Miller, después la Honda de Pol Espargaró y la citada KTM de Binder, y en tercera posición Aleix Espargaró, en el primer podio de Aprilia en la era MotoGP, una moto que no subía a un cajón de la clase reina desde 2000 con Jeremy McWilliams, también en Inglaterra, aunque aquella ocasión fue en Donington Park. «A mí me hace mucha ilusión el hecho de ser el abanderado de este proyecto», confesaba el mayor de los Espargaró, que ganó un duelo hasta la última curva a Miller. «Han sido años difíciles y cuando decía que pensaba en retirarme no era una amenaza a Aprilia, lo pensé muy seriamente. Lo debatí con mi mujer, mi manager y mi gente, porque pensaba que estar donde estaba era un privilegio y hay que estar feliz y disfrutarlo. Si no lo soy, me dedico a otra cosa. No podía seguir así. Pero las cosas cambiaron, empezamos a mejorar y los resultados están llegando en el momento que merecíamos», añadía. Precisamente mañana debutará con esta moto Maverick Viñales, que podría competir antes del final del curso, señal del paso hacia adelante que Aprilia pretende dar para competir de tú a tú con las otras cinco fábricas, algo que hizo este domingo en Silverstone.