Jorge Martín se estrena en el podio en una igualadísima carrera

«Me sabe un pelín a poco por haber perdido esa segunda posición en la última vuelta, me da un poco de rabia, pero habría firmado con creces haber hecho tercero hoy», afirmó el madrileño. «Creo que he hecho una carrera y un fin de semana muy maduro, siempre trabajando solo e intentando crear mi forma de pilotar y hemos dado un gran paso adelante. Probé la moto por primera vez hace un mes o menos, y estar tercero en el podio, en mi tercera carrera en MotoGP, es algo único», agregó.

Algo único en una carrera única. Siete días atrás los quince primeros del Gran Premio de Catar habían cruzado la meta separados por 16.422 segundos, la cuarta diferencia más pequeña entre los pilotos que suman puntos en una prueba. Esta vez lo hicieron en 8.928 segundos, casi la mitad que la semana anterior, y mucho menor que la diferencia registrada en la carrera disputada en este mismo escenario en 2019, que figuraba como la más ajustada de la historia (15.093 segundos de distancia). Pero es que el top diez del primer domingo del año se había convertido en el segundo más cerrado de todos los tiempos, en 9.288 segundos, solo por detrás del de la carrera de Brno de 2018 (8.326). Esta vez los diez mejores quedaron separados por 5.365 segundos.

Y esto en una prueba llena de emoción, con continuos cambios de posiciones, con mucha tensión (por encima del límite estuvo el incidente en plena recta de Jack Miller con el campeón Joan Mir, con el australiano sacando fuera de la trazada al español, una acción que sorprendentemente no fue penalizada).

Fabio Quartararo, que había mostrado un gran ritmo en el entrenamiento matinal, había caído hasta el noveno puesto en el vuelta cinco, después de salir quinto. El francés, esta vez sí, demostró por qué Yamaha ha decidido darle un lugar en su escuadra oficial, después de terminar opacado por su compañero Maverick Viñales en la carrera inaugural.

Quartararo supo moverse dentro del grupo y quitarse de encima a las correosas Ducati, que siempre complican el que su moto pueda sacar lo mejor de sí misma. Y lo hizo para sumar su primer triunfo del año y tomar el relevo en las victorias a Maverick Viñales, con Yamaha como gran vencedora del doblete catarí con dos primeros puestos. «Ha sido una carrera en la que he hecho todo al revés que en la primera, salvar las gomas y jugar muy bien con los mapas. Eso es lo que hice fatal en la primera carrera y aquí estamos, con la primera victoria de la temporada», señalaba tras liderar un inusual doblete galo.

Unos resultados que dejan a la pareja oficial de Yamaha empatada en la segunda plaza de la general, los dos a cuatro puntos de Zarco, segundo en las dos primeras carreras y nuevo líder de una categoría que llegará a la tercera cita, la de Portugal, en la que se espera que esta vez sí regrese Marc Márquez, con una clasificación muy ajustada.

Viñales, que hizo una mala salida, algo que le perjudicó mucho en 2020 y en lo que está trabajando mucho en este curso desde los entrenamientos de pretemporada, tuvo que conformarse esta vez con la quinta plaza, después de cruzar la meta pegado a Alex Rins, que fue el mejor de Suzuki, una vez que Mir solo pudo ser séptimo en una carrera en la que no dejó las mismas sensaciones que una semana antes.

Sea como fuere, y como han venido advirtiendo pilotos y equipos, las conclusiones que se sacan en Losail son difícilmente extrapolables al resto de la temporada. El trazado del Algarve, otro muy peculiar, promete seguir exprimiendo una cilindrada que nunca había estado tan igualada. La cuarta cita del año, la de Jerez, ya sí que promete poner las cosas más en claro, y es probable que incluso con el 'factor Marc Márquez' entrando en el juego de verdad.