Márquez reniega de su favoritismo en el Motorland

La de este sábado se convirtió en la sexta pole de la moto italiana en 2021, la segunda de Bagnaia, que volvió a repetir lo del primer gran premio del año en Catar, cuando destrozó el récord de Losail de 2019 de Marc Márquez rebajándolo en más de seis décimas de segundo. Esta vez mejoró en más de tres el que también tenía en su poder el mismo piloto desde el lejano 2015. Un hecho, el de la pole, no anecdótico, porque también Bagnaia es uno de los que mejor ritmo enseñó durante el sábado, lo que le coloca en posición de poder luchar por el podio este domingo, aunque no es el único que se encuentra en esta situación. «Este fin de semana se parece mucho a Mugello y allí me sentía increíble con la moto. Pero ha habido otras veces donde he sido competitivo, aunque he cometido algún error o tenido problemas. No me aventuro a decir que mañana voy a ganar, pero todo se está cuadrando bien», reconocía el italiano.

Y pese a seguir declarando que el trazado de Alcañiz es el que peor le va del calendario, el líder Fabio Quartararo volvió a ser rápido y consistente. Con la primera de estas virtudes pudo situarse tercero en la parrilla de salida, enlazando once primeras líneas seguidas en este 2021. Con la segunda se colocó en ese grupo de los que tienen algo que decir en una carrera que, eso sí, va a tener en la degradación de los neumáticos una de sus claves. Por cómo es el Motorland, por cómo afecte la goma que dejen las Moto2, y por qué temperatura se encuentren, lo que puede convertir en un juego de supervivencia el tramo final de la prueba.

«Creo que hay bastante gente que va rápido. No sé si también hay bastantes que pueden aguantar toda la carrera a ese ritmo; es una incógnita», explicaba Joan Mir, séptimo, y que se puso unas expectativas muy altas para el domingo pese a que desde fuera no se hayan percibido esas sensaciones que le hacen sentirse muy seguro. «Yo creo que soy de los más fuertes en cuanto a ritmo. Creo que mañana puedo apuntar a luchar por la victoria. No recuerdo este año una carrera con este ritmo», apuntaba el balear. Mir y Bagnaia, con las dudas aireadas por Quartararo, deberían de tener, por tanto, una oportunidad de acercarse en una general que ya parece bastante definida, con los 65 que le lleva el francés al español y los 70 que tiene ante el italiano. Y a todos los mencionados habría que sumar a Aleix Espargaró, tercero en la última carrera de Silverstone y cuyo sexto en la parrilla no termina de hacer honor a la impresión que ha ido dejando en las dos jornadas de entrenamientos. Aunque por encima de todo emerge otra figura, el que nos dejaría la segunda de las dos lecturas a extraer del sábado.

«Un podio sería un regalo, pero será muy difícil», declaraba Marc Márquez para rebajar las expectativas generadas por su buen ritmo en el cuarto entrenamiento, el de preparación de la carrera, una sesión en la que fue muy superior a la competencia. «De momento no tengo el nivel o la capacidad de hacer todas las vueltas al máximo, de la primera a la última, y aquí estoy sufriendo más que en Alemania porque allí el circuito es muy especial. No hay cambios de dirección apenas y me encontraba más cómodo, pero aquí no estoy preparado, no tengo el nivel suficiente o el físico suficiente para hacer todas las vueltas a tope como me gustaría. Sin embargo, tengo el nivel suficiente para estar delante, así que veremos cómo puedo gestionarlo», comentaba Márquez.

Veintitrés vueltas que serían el muro a superar por un piloto que sufrió su decimoctava caída del curso, pero que este domingo se enfrentará al segundo de sus tres escenarios favoritos. En Alemania ganó, en menos de un mes visitará Austin, y ahora tiene la oportunidad de darse una alegría en el Motorland, en una carrera en la que se verá si el análisis de sus posibilidades es el de un lobo con piel de cordero o si de verdad la limitación física es, en esta ocasión, insuperable.