Para empezar 2017, sonrisas en MotoGP

Al frente, el nuevo enfant terrible, el sustituto de Jorge Lorenzo en Yamaha, Maverick Viñales, que ya había sido el mejor en el primer test de pretemporada celebrado en Valencia dos días después del final del Mundial 2016. Viñales siguió dando razones a los que le señalan como el máximo rival del campeón Marc Márquez, que pese a los problemas en las dos primeras jornadas terminó tercero en el acumulado de tiempos y probablemente con el mejor ritmo de los pilotos en pista.

«Estoy realmente contento. Hemos hecho un gran trabajo», confesó un satisfecho Viñales, que tuvo mucho trabajo con las pruebas de un nuevo chasis para Yamaha, más la adaptación a su nueva moto y al nuevo estilo que exige ser candidato al título, el de trabajar pensando en ser capaz de mantener un ritmo constante de principio a fin en una carrera. «He dado una buena vuelta, aunque se podía mejorar bastante, pero de ritmo creo que somos unos de los mejores», reconoció Viñales. Una satisfacción también confesada en el otro lado del box por Valentino Rossi, sexto, pero que desde la primera jornada no se cansó en alabar el buen trabajo de Yamaha con la moto 2017, una de las mejoras obras invernales de la casa japonesa en opinión del experimentado italiano.

Tras Viñales terminó la Suzuki de Andrea Iannone, poderoso en la vuelta lanzada y que corroboró el buen nivel de la joven moto azul, con un motor ya al nivel de sus rivales. Otra buena señal de este crecimiento de Suzuki fue el duodécimo puesto de Álex Rins, el mejor de los novatos en Sepang. Iannone se coló por delante de Márquez merced a su registro del martes. El campeón, con cara de no estar disfrutando mucho con las novedades de Honda tanto el lunes como el martes, cambió un poco su discurso en la última jornada, un día en el que se mantuvo siempre en los puestos delanteros. «Estoy bastante más contento con mi posición de hoy -explicó el de Cervera-, aunque lo más importante es el ritmo. Necesitamos seguir mejorando en algunas áreas en las que no estoy del todo contento, pero sí lo estoy porque hemos mejorado a lo largo de los tres días».

Lorenzo, "muy cansado"

Dani Pedrosa, también con muchos problemas en las dos primeras jornadas, finalizó quinto, muy cerca de los primeros. Justo por delante del catalán se colocó la Ducati de Andrea Dovizioso, quizás la moto que más presencia tuvo en los puestos delanteros. No sólo con el italiano y con el explosivo probador Casey Stoner, sino también con un sólido Álvaro Bautista, enrolado este año en la estructura de Jorge Martínez Aspar, y con Jorge Lorenzo, que tras un gris arranque de test terminó dentro del top 10 y con cara de satisfacción por lo logrado en este momento de adaptación a equipo y moto, en el que sin duda es el reto más importante de su carrera deportiva.

«Estoy muy cansado, porque han sido muchas vueltas en tres días», confesó el mallorquín, que hizo un correcto simulacro de carrera, algo lejos, eso sí, de los ritmos de Viñales, Márquez o el propio Rossi. «Ha valido mucho la pena, porque hemos sacado mucha información. La posición no es excelente, pero muy positiva. Hay cosas que aún tenemos que ir entendiendo», añadió Lorenzo. En cualquier caso, y viendo cómo se desenvolvieron las Ducati, Lorenzo dejó la sensación de tener aún tiempo para recortar la normal desventaja respecto a sus rivales, con aún dos entrenamientos por delante. El primero, en dos semanas en el circuito de Phillip Island, en Australia. Allí empezará a aclararse si las sonrisas repartidas por Sepang han estado justificadas o si el camino hasta Catar no va a ser para todos un camino de rosas. El camino hacia uno de los Mundiales que más expectativas ha generado en los últimos años.