La niebla y la lluvia dejan un viernes sin acción en Nürburgring

Lo que no previeron fue la meteorología. ¿Quién iba a pensar que iba a hacer frío, lluvia y niebla en pleno octubre en el norte de Alemania? No se podía saber. Las consecuencias fueron unas escenas mucho menos memorables de lo que se esperaban. Pilotos paseando por el 'pitlane' helados de frío, miradas al cielo y anuncios cada media hora de que la sesión se retrasaba, hasta que, tanto por la mañana como por la tarde, a falta de 30 minutos sobre la hora prevista de conclusión, se anunció la cancelación definitiva de las dos sesiones.

El motivo por el que no permitieron salir a rodar a los coches no fue tanto la falta de visibilidad para ellos, que también, sino la del helicóptero médico. El protocolo de la FIA en este sentido es estricto: si no puede despegar y aterrizar en condiciones de seguridad desde el circuito al hospital seleccionado (en este caso, el de Coblenza a unos 20 kilómetros), la sesión que sea (entrenamientos, clasificación o carrera) no se puede disputar. No se pueden tomar riesgos ante un eventual accidente que requiera una evacuación inmediata.

Michael Masi, director de carrera, se ha visto obligado a buscar alternativas a ese centro de Coblenza, si bien no es una solución fácil. El último precedente fue el Gran Premio de China, cuando la intensa niebla impedía aterrizar en el hospital designado. Al día siguiente, se eligió otro, una vez que se actualizó su equipamiento para cumplir con las medidas requeridas. Numerosos accidentes han obligado a llevar a los afectados de urgencia, algo que no siempre es sencillo. De hecho, muchos circuitos que optan a entrar en el calendario se quedan fuera precisamente porque no cuentan con un centro médico en condiciones en sus inmediaciones.

Si para Mick Schumacher o Callum Ilott, su rival y compañero de la Ferrari Drivers Academy que también iba a debutar este fin de semana, fue un viernes decepcionante, para el resto no lo fue menos. Los pilotos que estaban deseando subirse a los monoplazas no pudieron hacerlo, en un circuito que muchos no conocen en Fórmula 1 (la mayoría, dado que no se compite aquí desde 2013) y otros solo lo recuerdan de pasada, de sus tiempos en las categorías inferiores.

Por eso dedicaron las horas muertas a conversar con otros, a charlar con los ingenieros o, sencillamente, a tomarse una bebida caliente que les ayudase a sobrellevar el intenso frío que azota este fin de semana el trazado alemán. La temperatura más baja jamás registrada en un Gran Premio, no obstante, está lejos de alcanzarse: fue en el Gran Premio de Canadá de 1976, cuando se llegó a sólo 5ºC.

Este viernes perdido convierte a la tradicionalmente suave sesión de los sábados en una tanda clave. Los terceros entrenamientos libres previos a la clasificación serán la única oportunidad que tendrán los pilotos para poner a punto sus monoplazas de cara a la carrera, siempre que la meteorología no lo impida. Además, para algunos corredores será la única ocasión de probar piezas nuevas enviadas a Alemania para esta carrera, caso de un Carlos Sainz que tenía previsto probar las novedades aerodinámicas en su MCL35 este viernes.