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David Sánchez de Castro
Viernes, 22 de septiembre 2023, 20:18
Dos oportunidades de podio se han convertido en un tercer puesto y una victoria. Ese es el saldo de Ferrari en la última carrera en Europa y primera de la ronda asiática, con Carlos Sainz como claro protagonista de ambos casos. El madrileño ha conseguido ... la '2', una ansiada victoria en la que además demostró un carácter que está fuera de toda duda y que le confirma como un líder allí donde Ferrari más lo esperaba.
No es fácil pelear en una temporada en la que, claramente, hay un dominador que está aplastando de esta manera. Max Verstappen, Red Bull y el (falso) autónomo Adrian Newey han conseguido ganarle a sus rivales con una autoridad letal. Mucho tendría que cambiar la cosa ya no para que Verstappen gane el título más pronto que tarde, que con eso contaban todos, sino también para que el propio equipo haga lo suyo. El domingo, con sumar un punto más que Mercedes, se proclamarán campeones de constructores.
Ferrari se ha visto no solo perjudicado por Red Bull, sino porque ellos mismos se metieron en un bucle muy complejo. La propia idiosincrasia de la escuadra italiana les hizo perder podios que estaban cantados, peleas por una pole que podían haber conquistado, y sobre todo una actuación en carrera que no hiciera a los tifosi avergonzarse. Ver una carrera en la que los boxes, la estrategia y los propios pilotos actuasen en condiciones mínimas que no dieran bochorno fue como ver a un unicornio. La labor de gestión del equipo es algo que brilló por su ausencia, y que dejó a los aficionados italianos con muy pocas ganas de seguir viendo a sus ídolos.
Pero todo cambió y qué mejor sitio que Monza. Sainz, y no 'Il predestinato' Leclerc, sacaron del pozo de resultados a una Scuderia que necesitaba como el beber una alegría o, al menos, un fin de semana razonablemente tranquilo.
La labor de trabajo de Ferrari de evolucionar su monoplaza para intentar aferrarse a la segunda o tercera plaza del podio vino dada a la vez que uno de los principales rivales, Aston Martin, caía. Fernando Alonso empezó la campaña con cinco de seis podios posibles, y la esperanza de ver la '33' se fue difuminando conforme la '2' empezó a ser una posibilidad cada vez más real.
No es algo que, visto lo visto, pueda pillar de sorpresa a nadie. La capacidad de evolución de Aston Martin es tirando a nula, como ya demostró en los tiempos de Force India y Racing Point antes. Aunque el AMR23 nació como un coche más que potable, e incluso potencialmente ganador, las carencias intrínsecas de Aston Martin para sus evoluciones les ha hecho caer de la terna de potenciales ganadores. Y cuando se quedó ese hueco, empezaron a creer otros.
Tanto Mercedes como Ferrari supieron cómo ocupar ese hueco y ahí es donde Sainz ha dado un paso adelante. En Monza pero sobre todo en Singapur, supo cómo y dónde mandar, e incluso contradecir a su equipo si creía que debía hacerlo. Todo lo que estuvo en su mano se hizo, y desde ahí logró una de sus dos victorias en Fórmula 1 y, posiblemente, uno de sus mejores (quizá el mejor) fin de semana en la competición.
Para Japón le tocará remar. Salvo máxima sorpresa va a ser Verstappen quien conquiste el circuito de Suzuka, salvo cambio radical del tiempo (no lo apuntan las predicciones) o quizá un giro inesperado de los acontecimientos. Pero el cambio de actitud de sus rivales ya es muy notable. Decía este viernes Sainz que les esperaban «unos días interesantes», sonriente y satisfecho por verse en el 'top 4' de los libres antes de la clasificación y consciente de que aún se guardaba algo. Todo hace pensar que será una carrera razonablemente tranquila para el líder de Red Bull, pero detrás habrá una jauría en su búsqueda. Y ahí Sainz (¿y Alonso?) estarán muy presentes.
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