Aston Martin pone fácil la salida a Alonso

Luchar con y contra un coche que no le da para más no es algo nuevo para Fernando Alonso. Lo vivió con especial dureza en su segunda época en McLaren, cuando aquellas unidades de potencia Honda le mandaban al fondo de la parrilla si es que aguantaban o cuando puntuar suponía un ejercicio hercúleo. También en Alpine, donde logró un podio casi de rebote y le entregó en bandeja una victoria a su olvidable excompañero Esteban Ocon.

Ahora, la situación en la que Aston Martin se presenta para 2024 devuelve a Alonso a esa zona gris. La labor de los técnicos de Silverstone, sin llegar a ser mala, no ha sido tan buena con la de sus rivales, por lo que este AMR24 está mucho más cerca del que fue su predecesor al final de 2023 que al principio. El problema es que ahora el tiempo corre en su contra, también para Alonso.

Decía Mike Krack, jefe del equipo, en la previa de la cita de Japón que la intención firme que tenían en Aston Martin era ponerle las cosas difíciles a Alonso, en el sentido de que su objetivo es tener un coche competitivo para que el español no huya de allí en 2025, bien a otro equipo, bien hacia su retirada definitiva. Paralelamente, Alonso confirmaba que está estudiando todas las opciones que tiene sobre la mesa y que su intención es tomar dicha decisión antes del verano. Si nada cambia, y habida cuenta de las tentativas que ya tiene (o se va a trabajar si quiere seguir) para incorporarse a equipos punteros como Red Bull o Mercedes (aunque tras la cita de Japón señalaba que el actual equipo de Hamilton «no es tan atractivo» porque había quedado tras ellos en esta carrera), ya se puede cerrar un calendario más o menos fijo del fin de este matrimonio fructífero y ciertamente positivo en la balanza entre Aston y Alonso.

Decía el piloto español que la de Japón podía haber sido una de sus cinco mejores carreras que ha disputado en la Fórmula 1. Bien por la siempre hiperbólica euforia que da la adrenalina tras una carrera, bien porque realmente lo sienta así, sorprende que un hombre que sabe lo que es ganar 32 grandes premios y que ha disputado 382 (más que nadie en la historia, y sumando) celebre un sexto puesto como un gran resultado tras una lucha titánica. Y eso habla muy mal de Aston Martin.

Habida cuenta de que Lance Stroll no se va a mover del equipo porque para eso es el hijo del dueño, ahora mismo la escudería tiene que trabajar en dos variables que se le van a presentar en los próximos meses. Si Alonso decide continuar, negociar con él para que siga, o independiente de lo que elija el español, buscar otra alternativa.

Aston Martin no es el equipo soñado por nadie, esto es así, pero en 2026 hay un cambio de normativa que, sobre el papel, debería barajar todas las cartas. En este sentido, contar con un piloto que pueda aportarles seguridad para el proyecto, continuidad y que les ayude al desarrollo del coche puede ser un elemento diferencial frente a otros. Algo que, por otro lado, tienen todos los jefes de equipo en la mente. Hay candidatos evidentes, con Carlos Sainz como uno de los posibles. El madrileño cuenta sus carreras disputadas por podios en este inicio de 2024 y aunque aspira a más, también es consciente de que en Aston puede tener un futuro más tranquilo… aunque sea a largo plazo. En el corto, es evidente que el jugoso asiento de Red Bull que eventualmente se va a quedar vacío es lo que quieren todos, incluidos Sainz y Alonso… si finalmente sigue.