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David Sánchez de Castro
Jueves, 21 de septiembre 2023, 12:51
El viaje a Japón no es cómodo para los europeos. Más de 12 horas de vuelo, escalas, el jet-lag... Y al llegar, una cultura totalmente distinta, una comida que no tiene mucho que ver con la occidental o una población con un comportamiento que ... puede resultar chocante. Y sin embargo, todos los pilotos de la Fórmula 1 están deseando que llegue la fecha.
El GP de Japón está marcado a fuego para todos. Es un ambiente radicalmente distinto a otros, con unos enfervorecidos fans que enloquecen con los pilotos, bien sea el mismísimo Max Verstappen, Lewis Hamilton o los más humildes (y desconocidos) Logan Sargeant o Liam Lawson. Esta vez, además, la Fórmula 1 montó el calendario de manera que el trayecto entre Singapur y Japón se hiciera en una semana, por lo que incluso a muchos les ha dado tiempo a pasar unos días de asueto en tierras niponas antes de enfundarse los trajes de pilotos.
Suzuka es, además, un circuito único, de los que ya no quedan. Solo un dato: es uno de los pocos donde solo hay una zona de DRS y aún así hay múltiples puntos de adelantamiento, lo que ya habla muy bien de su diseño y de la imprescindibilidad que ostenta en el campeonato desde hace décadas. Se podrá eliminar tal o cual carrera, que nunca puede caer el GP de Japón.
En este contexto, hay un piloto que cuando llega a Japón se reinicia mentalmente: Fernando Alonso. El piloto asturiano es un apasionado de la cultura nipona y seguidor fiel del 'Do', el camino, y la filosofía samurái. No es casual que tenga un gigantesco tatuaje en su espalda de uno de estos guerreros cuasi legendarios. Aston Martin ha abrazado con fruición esta idea y quiere que lo vivido el pasado domingo sea solo un susto.
Y es que el equipo de verde tocó suelo en Singapur. Su peor fin de semana, de largo, en lo que va de campeonato, y aunque en la escudería son conscientes de que parecen haber perdido el paso con respecto a los de arriba, se han encargado de tranquilizar a las masas hasta cierto punto. Ni ahora son el último equipo de la parrilla, ni mucho menos van a ir a por la victoria en el trazado japonés, ya que ese puesto parece destinado de manera irremediable a Verstappen y a Red Bull. Todo lo que no sea ver al neerlandés en una de las dos primeras posiciones en el podio del domingo será toda una sorpresa.
Alonso, que este fin de semana lucirá un casco con diseño especial basado en esa filosofía samurái (que en el pasado ya promocionó con fuerza), se encargó de calmar los ánimos. Y es que todo apunta a que un problema con la suspensión delantera fue el causante de que el ritmo de carrera en Singapur fuera tan lamentable y, a la postre, hiciera del AMR23 un coche, según sus propias palabras por la radio, «inconducible».
De todos los problemas que tuvo Aston Martin en Singapur, hubo uno que resultó ser un tiro en el pie. En un intento por acercar sus prestaciones a los Red Bull (o al menos a los Ferrari y Mercedes, que a día de hoy parecen superiores), los ingenieros de Aston Martin diseñaron una nueva trasera en la zona donde se apoya el gato hidráulico en las paradas en boxes. Unos pequeños aletines que, si bien no iba a convertir el AMR23 en el coche dominador, sí podía acabar de pulir un poco su rendimiento. Rascando de aquí y de allá se podía limar esa diferencia, esperaban. Nada más lejos y se vio en la parada en boxes en la que Alonso se dejó casi 20 segundos de más: el gato no enganchaba bien en esa zona y el monoplaza se cayó varias veces. Esa pieza ya se ha eliminado para Suzuka.
Este es un ejemplo de las pequeñas cosas que fallaron en Singapur y que, según prometen, en Suzuka no se van a repetir. Entre eso y el problema de la suspensión, que sí fue bastante más serio, lo visto en la pasada carrera no fue tan temible como parecía. «Estoy un poco menos preocupado sobre las prestaciones en Singapur después de ver el daño que teníamos. El ritmo no era el real. Sin eso quizás podríamos haber seguido el tren de los líderes y habríamos tenido menos problemas con los Alpine y Pérez», aseguraba Alonso ante los medios.
Habrá que ver si esto es así o, como se temen los más agoreros, Aston Martin ya está fuera de la línea exitosa. Y si es así, en las siguientes carreras (y no solo la de Japón) necesitarán tomárselo con filosofía… sea samurái o no.
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