Carlos Sainz, a la espera de que se desenrede su futuro

Lo único que tiene que plantearse ahora mismo es en qué condiciones quiere seguir en la Fórmula 1 en 2017. Lo 'sencillo' es no pensar mucho, seguir en Toro Rosso como líder del equipo (con Kvyat o con otro) y esperar las instrucciones de Red Bull. La renovación oficiosa de Daniel Ricciardo con la escuadra de las bebidas energéticas le cierra la puerta al primer equipo, ya que nada hace pensar que vayan a bajar a Max Verstappen. salvo que este decida irse. El fulgor que desprende el holandés es tal que no sería descabellado que llamaran a su puerta de otros equipos para tentarle, pero mucho tendría que cambiar la situación actual para que Red Bull aceptase perder a su piloto franquicia.

Desde el entorno de Sainz se conforman y mantienen su confianza en Red Bull. El equipo deportivo dirigido por Helmut Marko ha llevado hasta la Fórmula 1 al joven madrileño, y entienden que, por lealtad, deben seguir haciendo caso a sus instrucciones. Con un poco de suerte, dará la campanada en 2017 y le llegará la oportunidad de subir a un equipo en el que pueda luchar por las victorias.

Las cláusulas que tiene en el contrato de Sainz tampoco le permiten pensar mucho más que no sea quedarse a la espera. Cuando aterrizó en el Gran Circo firmó un contrato para cinco temporadas (igual que Verstappen) con Red Bull, y son ellos los que se guardan la prerrogativa de subirle, bajarle o moverle en la condición que sea. También despedirle, algo que ni mucho menos se han planteado desde los despachos de Milton Keynes.

¿Está preparado para un equipo grande? La idea generalizada de que Sainz es uno de los pilotos de más futuro en la parrilla. Sus actuaciones no han sido tan fulgurantes como las de Verstappen, pero sí le han granjeado el respeto de sus rivales y de los jefes de los equipos. Eso se ha traducido en que su nombre aparece en varias listas de candidatos a cambiar de equipo próximamente.

Además de la opción de seguir los dictados de Red Bull, Sainz tiene ofertas de varias escuderías de las consideradas grandes. Fundamentalmente, entre los nombres que han sonado hay dos que se han puesto en contacto con él de manera más seria: Ferrari y Renault. La escuadra italiana sería un sueño para Sainz. Triunfar allí donde lo hizo su amigo e ídolo Fernando Alonso e intentar alcanzar la gloria allí donde el asturiano sólo la rozó, es motivación suficiente como para, al menos, plantearse la opción de salir de Red Bull. Allí se encontraría como jefe de filas a Sebastian Vettel, su principal valedor ya en Maranello, puesto que el español llegaría a sustituir a Kimi Räikkönen.

La opción de Renault tiene tanto recorrido como riesgo. El equipo francés afincado en Enstone no pasa sus mejores días en este 2016, pero el cambio de normativa para 2017 es una de las grandes esperanzas para crecer. Ni Jolyon Palmer ni Kevin Magnussen se han ganado la confianza de los responsables de Renault, atados por los compromisos que habían adquirido los miembros de Lotus previamente. A favor de Sainz está su conocimiento de cómo funcionan los ingenieros de Renault, ya que ha colaborado con ellos estrechamente tanto ahora en Fórmula 1 como (con algunos) en su brillante paso por las World Series. De aquellos días guardan muy buen recuerdo de Sainz, con lo que ese paso está dado.

Las especulaciones acerca del futuro de Sainz se acabarán previsiblemente antes del verano. Al madrileño ya le han confirmado desde Red Bull que quieren que siga, y que su oportunidad llegará. La paciencia del piloto será clave, ya que el equipo que comanda Christian Horner se presenta como la alternativa más segura a medio plazo.