Verstappen, el piloto más joven en ganar una carrera del Mundial

El 15 de mayo de 2016 ya es una fecha para la historia del deporte. Con 18 años, 7 meses y 16 días, un joven apellidado Verstappen se ha convertido en el 106º piloto en conseguir una victoria en Fórmula 1, rompiendo de camino todos los récords de precocidad y cargando de argumentos a quien ven en él al mayor talento del automovilismo desde leyendas como Ayrton Senna o Michael Schumacher. Verstappen, en su primer fin de semana como piloto de Red Bull, ha raspado su primera muesca en el palmarés que le llevará a ser la gran esperanza de la nueva hornada de la Fórmula 1, en una carrera antológica y que ya empezaba con uno de los mayores golpes de timón de los últimos tiempos.

En lo que era la quinta prueba del actual Mundial, se vivió la consagración de un Verstappen que así se convirtió en el primer neerlandés ganador de una carrera, además de haber firmado la primera victoria de Red Bull en Barcelona. Y lo consiguió en una jornada con cinco líderes diferentes a lo largo del Gran Premio, que comenzó accidentado por sendas maniobras de los pilotos de Mercedes.

Curva 4 del Circuit de Barcelona-Catalunya. Lewis Hamilton había perdido la primera posición con Nico Rosberg, este iba a afrontar el ápice y se hacía todo lo ancho que podía para evitar que su compañero le ganase el interior. El británico, en un exceso de optimismo, se echó hacia un lateral, hasta el punto de salirse de pista. En cuanto tocó la tierra, su Mercedes perdió el control y en el consecuente trompo se llevaba puesto a Rosberg. Conclusión: los dos Mercedes fuera de pista, cabreo monumental de todos, primer abandono desde Bélgica 2014 y las cicatrices que se habían empezado a cerrar se han reabierto para supurar toda la rabia que se tienen uno al otro.

Este choque, que va a hacer correr ríos de tinta por muchas presas que intenten poner Toto Wolff y compañía, fue investigado después de la carrera, pero los comisarios resolvieron que fue un incidente de carrera en el que, además, hubo otro factor que sólo se descubrió con la telemetría en la mano: el Mercedes de Rosberg estaba en un modo del motor que le hacía ir 17 km/h más lento en el momento del accidente.

Tras la consecuente salida del coche de seguridad, Sebastian Vettel, Kimi Räikkönen y Daniel Ricciardo se postulaban como los grandes candidatos para la victoria porque, ¿quién iba a pensar que Verstappen podía hacer la machada del fin de semana? Con los Mercedes fuera de juego, el resto de equipos se encontraron con un escenario casi inédito desde hace dos años: ni Rosberg ni Hamilton iban a ganar. Las cabezas pensantes de Red Bull y Ferrari comenzaron a echar humo. Las estrategias se convertían en el principal arma entre los dos equipos que aspiran a arrebatar el trono al gigante alemán, y no podían dejar pasar esta oportunidad.

Tras el golpe de teatro de los Mercedes, Verstappen se vio casi sin esperarlo al frente de la carrera. Primer récord batido del día, el de piloto más joven en comandar un Gran Premio de Fórmula 1. Por detrás, Kimi Räikkönen y Sebastian Vettel intentaban hacer el ya conocido undercut a los de Red Bull, y les funcionó a medias: Vettel sí pudo con Ricciardo, no sin tenérselas muy serias con él, pero Räikkönen no pudo con Verstappen. La pelea entre los ex compañeros en Red Bull le vino de perlas al joven holandés, que pudo sostener la ventaja sobre el piloto más veterano de la parrilla con solvencia.

Alonso revive la pesadilla

Mientras por arriba todo era un hervidero, por detrás, muy por detrás, Fernando Alonso se veía impotente ante la mirada atenta del público español. Primero, una mala salida le dejó detrás de Jenson Button. Eso hizo que la estrategia óptima fuese antes para el británico que para él, con lo que, como se quejó después, no pudo pasar más allá de la duodécima posición. Ni el abandono de los Mercedes le sirvió.

Sin embargo, ahí no tuvo el mayor problema. Rondaba la vuelta 45 cuando algo no funcionaba bien en su McLaren. Desde la grada, los oídos expertos de los aficionados que ya llevan años siguiendo la Fórmula 1 avisaban por las redes sociales: el motor de Alonso suena distinto al de Button. Y no les faltó razón: en la vuelta 47, justo cuando pasaba por la curva 9 donde hace algo más de un año tuvo aquel accidente en pretemporada, tuvo que dejar abandonado su coche. No power, no power, se lamentaba por radio. La fiabilidad, que parecía un mal sueño del pasado, reapareció en el peor escenario posible.

Para el otro ídolo local, Carlos Sainz, las cosas fueron algo mejor. El piloto español pudo aguantar la sexta posición con solvencia, en una carrera limpia en la que demostró que puede ser el líder de Toro Rosso en ausencia de Verstappen. Mientras su nuevo compañero Daniil Kvyat no pasaba del décimo puesto, él sumaba unos jugosos 8 puntos gracias a la sexta posición final, por detrás de Bottas y por delante de Sergio Pérez. Un puesto que no estuvo reconfirmado hasta después de la carrera, ya que los comisarios le llamaron porque sospechaban de que había salido de boxes con el semáforo en rojo para la vuelta de formación. Todo se quedó en una reprimenda sin más consecuencias.

Verstappen se ha coronado este domingo como el primer piloto holandés en ganar un Gran Premio de Fórmula 1, como el más joven en subir a un podio y, obviamente, el más joven en llevarse la victoria. Quizá este domingo haya sido el de la eclosión del piloto con el que las próximas generaciones volverán a enamorarse de las cuatro ruedas.