Alonso, entre algodones

A Alonso se le podría calificar de estoico, tanto mental como físicamente. El asturiano puede quejarse más o menos de lo que le ocurra, pero lo acepta, aunque no sea de buena gana. Nunca ha llegado a plantarse (sí a amenazar con hacerlo), y nunca ha permitido que las circunstancias exteriores (como un coche poco competitivo) le minen la moral. La fachada y escudo con el que afronta cada compromiso deportivo ha podido ser más o menos firme, en función de cada momento vital, pero siempre ha estado ahí. Los que le conocen más dicen que no se derrumba nunca, que es un martillo constante y tenaz. Es por ello que lleva con una sonrisa esta lesión.

El perfecto trabajo de ingeniería que supone un cuerpo humano tiene algunos puntos débiles. Romperse un dedo, un brazo o un pie duele, sí, pero con una tablilla o una escayola y reposo es razonablemente soportable, incluso para quien no tiene una forma física excepcional como la de los pilotos de Fórmula 1. Romperse una costilla es otro asunto. La inevitable necesitad de respirar incide directamente en la zona lesionada, y es esa la mayor molestia. Cualquiera que haya tenido una simple contusión lo sabe: un simple suspiro es una pesadilla para quien tiene una dolencia en la zona del torso.

Es por ello que a Alonso le han mantenido entre algodones en las semanas previas, y los cuidados se mantienen este fin de semana. El asturiano, bajo el mono ignífugo y la camiseta térmica, lleva una protección especial, un vendaje elástico que le permite respirar pero también alivia las fuerzas G a las que se somete todo corredor de automovilismo. El piloto español completó su primer día de trabajo con 42 vueltas y buenas sensaciones, pero con molestias, como admitió. «Todavía siento un poco de dolor, porque la costilla no se ha recuperado del todo desde la fractura, como es de esperar. Pero es un dolor que puedo soportar», dijo.

La rehabilitación

Los médicos son muy cautos en este tipo de dolencias. Normalmente, lo único que recomiendan es reposo y calmantes. Para ayudar a que la respiración se normalice y que Alonso no tenga dolores, puede hacer algunos ejercicios simples: rondas de respiración profunda y lenta, ejercicios de tos, o sostener una almohada contra la zona afectada. Esta forma de dar de sí la costilla debe hacerse siempre bajo la supervisión de un fisioterapeuta, algo que Alonso tiene garantizado con la presencia de Fabrizio Borra y Edoardo Bendinelli, dos de sus lugartenientes de confianza. Siempre que pueda, debe evitar movimientos que ejerzan presión sobre las costillas, algo complicado por las duras frenadas a las que obliga el circuito chino, hacer abdominales o empujar, tirar o levantar objetos pesados.

Veintiséis días después del accidente que hizo contener la respiración a todos los aficionados a la Fórmula 1, Alonso vuelve al trabajo, con dolor y precaución, pero vuelve. El riesgo de que la lesión se le agrave está ahí, pero el piloto lo asume sin problema: prefiere eso a volver a quedarse en el muro o en casa. Los responsables médicos también aceptan esa posibilidad, y de hecho así lo avisaron en el comunicado: «Se la he pedido al piloto que, en caso de que note cualquier síntoma anormal, detenga inmediatamente su coche. Dado que ha recibido el visto bueno, no se realizarán más exámenes médicos a no ser que presente algún síntoma anormal o haya algún incidente».

En lo deportivo, Alonso aspira a sumar sus primeros puntos de la temporada este fin de semana. Honda ha abierto el grifo de la potencia de su motor y se estima en algo más de un segundo la mejora de tiempos con respecto al año pasado. Las sensaciones son muy positivas y, si el domingo acompaña la climatología y no hay incidentes, el español espera poder superar o, al menos, repetir el buen resultado de su sustituto en Baréin, Stoffel Vandoorne, que fue décimo.

s