David Sánchez de Castro
Viernes, 1 de abril 2016, 19:31
«Si Alonso hubiese estado en el coche.», se escuchaba en el 'paddock' de Sakhir tras los libres del Gran Premio de Baréin, en los que la gran sorpresa fue ver a Jenson Button en el tercer puesto de la tabla de tiempos, sólo superado ... por los de siempre, Nico Rosberg y Lewis Hamilton, a más de un segundo de distancia. Hay que remontarse al GP de Abu Dabi de 2014 para encontrar a un McLaren tan arriba, cuando Kevin Magnussen, hoy en Renault, acabó tercero en los segundos libres.
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Si Alonso hubiese estado en la pista, igual habría sido tercero... o no. La situación real de McLaren se parece bastante más a la que protagonizó el inesperado 'rookie' Vandoorne que el veterano Button. El joven piloto belga, sustituto de Alonso este fin de semana, finalizó en una óptima undécima posición, a unas siete décimas de su compañero. En un circuito donde la unidad de potencia es clave, merced a la larga recta que tiene, McLaren ha dado muestras de esperanzadora mejoría con respecto a 2015 en trazados de similares características. Teniendo en cuenta que los Mercedes son imbatibles, más en este circuito que en Australia, la lucha por detrás apunta a ser encarnizada.
Los Ferrari, teóricos dueños de esos puestos por detrás de los grandes líderes del campeonato, tuvieron un viernes más complicado de lo previsto. El tercer puesto de Räikkönen en los primeros libres, en condiciones de temperatura en el asfalto bien distintas a las que se verán el domingo, sabe a muy poco para los de rojo. Sebastian Vettel no tuvo calma en ninguna de las dos tandas, especialmente en la segunda, cuando un problema con la tuerca del neumático trasero izquierdo le obligó a parar bruscamente en los minutos finales de la sesión.
Carlos Sainz, el único español en pista, tampoco aclaró muchas incógnitas este viernes. Tras el séptimo puesto de los primeros libres, en los segundos tuvo que conformarse con el decimotercer puesto, muy lejos de su compañero Max Verstappen, que finalizó cuarto. El español rodó fundamentalmente con neumáticos medios -los más duros del fin de semana-, y cuando montó los compuestos más competitivos erró en su intento. No obstante, los datos obtenidos son positivos y salió razonablemente conforme del primer día de trabajo en la noche bareiní.
Profesor Alonso
Fernando Alonso siguió toda la jornada de entrenamientos desde una posición privilegiada: el muro de McLaren. Posiblemente se haya enterado de muchas más cosas ahí que desde el interior de su MP4-31, pero seguro que se cambiaría sin pensarlo. El español, que recibió todo el apoyo de los ingenieros y compañeros de equipo, ejerció de mentor de Vandoorne encantado. El belga, obviamente, no pudo tener un 'cicerone' mejor para su primer viernes como piloto de Fórmula 1, aunque fuese un león que se sentía enjaulado sin poder rodar por el asfalto de Baréin.
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Alonso sólo piensa en una cosa: estar a tope para la carrera de China, algo que ni mucho menos tiene garantizado. El asturiano, incluso, pidió a su fisioterapeuta y hombre de confianza que le vendase la zona donde tiene la lesión de la costilla para intentar jugar al tenis o correr. Quería probarse a sí mismo y al resto que el dolor que notaba en días anteriores había remitido. Lógicamente, los médicos se lo prohibieron terminantemente. La rotura de una costilla sólo se solventa con reposo y si no quiere que se alargue su recuperación, no le conviene forzar.
Uno de los que mejor aconsejó a Alonso fue un visitante muy especial, que este año tampoco faltó a su cita en Baréin: don Juan Carlos. El rey emérito, como cada temporada, se acercó al trazado de Sakhir para desear suerte a los pilotos españoles, y tras departir un rato con Carlos Sainz (padre e hijo), fue a charlar con Fernando Alonso. El monarca le confesó que él también tuvo una costilla fracturada hace relativamente poco, y estuvieron compartiendo consejos de recuperación para la lesión.
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Mientras se acaba de recuperar, Alonso tendrá que seguir deambulando por el box de McLaren el resto del fin de semana. Será una oportunidad única, si quiere ver el vaso medio lleno, de entender mejor el trabajo de quienes normalmente están al otro lado de la radio para poner a punto su coche. Además, podrá ver desde fuera el extraño y rocambolesco formato de clasificación que, después de rechazarlo, ha vuelto a la vida para este GP de Baréin. Como si eso fuese a evitar que Mercedes sume una nueva 'pole' más.
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