David sánchez de castro
Madrid
Sábado, 11 de enero 2020, 20:03
Las apuestas no estaban del todo claras cuando Fernando Alonso y Toyota confirmaron su asociación, absolutamente impensable hace apenas un año, para disputar el rally Dakar 2020. Un piloto que lo había sido todo en circuitos, tanto en Fórmula 1 como en ... la Resistencia, generaba asombro pero también dudas: ¿sería capaz de hacer un buen papel en un escenario tan radicalmente distinto al que estaba acostumbrado?
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Tras varios test, un par de rallies de mayor o menor prestigio y seis días de disputa del Dakar, se puede decir que Fernando Alonso ha sacado buena nota en su primera incursión en el mundo 'offroad'. Nadie, o nadie con dos dedos de frente, le daba favorito en una prueba tan compleja como diferente a las que había disputado hasta entonces. Máxime en un escenario nuevo, Arabia Saudí, y con un copiloto que también era seminovato, al menos como copiloto.
Tras seis días en el Dakar, Alonso se encuentra en competición aún, algo que muchos no tenían claro, pero lejos de la cabeza. Hasta cierto punto era previsible que el asturiano, de seguir en carrera, iba a estar a casi 3 horas de la cabeza. Sin embargo, la mayoría de ese tiempo lo perdió en un único día, en esa roca de la segunda etapa que le hizo reventar la suspensión de la rueda delantera izquierda. Tres horas, 18 minutos y 13 segundos detrás de Carlos Sainz, Fernando Alonso se siente cada día más cómodo en el interior del Hilux 4x4 V8.
«El balance por ahora es fenomenal. Me he divertido mucho y me he sentido competitivo. Hace seis días en la salida de la primera etapa en Jeddah no sabía muy bien dónde podía estar, si podía estar a media hora en cada etapa de los líderes, a una hora o a 40 minutos. No sabía muy bien el ritmo de la carrera. A medida que han pasado los días y me he visto entre los cinco o seis primeros casi he tenido que pellizcar para creérmelo. Como digo, me he divertido, pero soy consciente de que falta una segunda semana muy dura con muchas dunas y arena», resumía, sonriente, en Riyadh.
Aunque aún no pertenece a la realeza dakariana y muchos le ven como ese invitado a una boda que va con una corbata impropiamente colorida, Alonso se está ganando el respeto de los rivales, y también su rivalidad. Con el argentino Orlando Terranova, que se enreda a la mínima, ya las ha tenido en un par de jornadas. En la primera, tuvieron un problema con el sentinel y el asturiano no se dejó adelantar; en la quinta, casi se dan de bruces cuando uno bajaba por una duna y el otro iba en dirección contraria. Gajes del oficio en una disciplina de la que Alonso se siente ya totalmente enamorado.
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La segunda semana de competición, en la que la arena será más protagonista aún, pinta muy bien para sus aspiraciones, que no son más que llegar al 'top 10' o, si acaso, algún podio o incluso victoria de etapa. El Hilux tiene un problema endémico en la construcción de los neumáticos, lo que ha hecho que en los primeros días de competición todos pinchen, al menos, una vez por etapa. La etapa del viernes, la más larga de este Dakar (aunque la del domingo tendrá más kilómetros cronometrados), la pasó con nota. Es en la llegada a las dunas, precisamente lo que menos conoce, donde irónicamente Alonso se siente más a gusto. «La segunda semana va a ser más dura de lo que parece. Faltan todavía 2.700 kilómetros por hacer en medio del desierto. Vamos a encontrar muchas dunas y dificultades escondidas aquí y allá, pequeñas trampas. Hay que tener que tener los ojos muy abiertos. El cansancio también se va acumulando y hay fatiga en los pilotos, copilotos y mecánicos. También el coche sufre. Suspensiones, motores, cambio, todo va acumulando kilómetros y hay que estar atento a todo», advierte el asturiano.
Físicamente, Alonso se siente perfectamente preparado. Una de las grandes ventajas que tiene, de hecho, radica en que nunca ha dejado de estar en forma, casi como cuando estaba en activo en la Fórmula 1. Tiene el coche, el físico, la motivación. Le falta esa pizca de suerte necesaria en el Dakar. Esquivar averías, no fallar en una duna, evitar pinchazos y no errar (esa es labor de Marc Coma) en la navegación. Si cumple estas premisas, Alonso podrá acabar en el 'top 15' o incluso el 'top '10' el próximo día 17. Y después, centrarse en su próximo gran objetivo: el tercer asalto a las 500 millas de Indianápolis.
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