Morir con las zapatillas puestas. Quizá eso sea lo que más se ajuste al último equipo de baloncesto en la ciudad que logró llevar el sabor a Europa hasta el 'cumpleañero' Palacio de los Deportes de León.
Dani González Rubén Fariñas
El artífice de todo ello fue un joven entrenador del barrio de San Esteban, Miguel Ángel Estrada, donde ese pequeño pabellón de San Esteban abrió las puertas de un sueño con el ascenso en 2004 a la máxima categoría del baloncesto femenino.
El equipo empezó a jugar entonces en el Palacio de los Deportes, que poco a poco se empezó a poblar para disfrutar de un equipo que logró arrastrar hasta León una edición de la Copa de la Reina. «Fuimos eliminados por el Ros Casares por una injusta decisión arbitral. El pabellón estaba lleno y es uno de los grandes recuerdos que tengo«, apunta el técnico leonés. Otro de los momentos mágicos que se han vivido de la mano del CB San José, en estos 50 años el pabellón municipal, ocurría en la eliminatoria de Eurocup contra el Athinaikos griego: «Les derrotamos en León, y fuimos los únicos, sólo perdieron contra nosotros y a la postre fueron los campeones del torneo».
«En el Palacio te hacen sentir como en casa»
Pero si algún recuerdo positivo le genera a Estrada el coso leonés, y que se ha mantenido constante hasta sus bodas de oro, es el lado más humano, el de aquellos que lo cuidan. «San Esteban es mi primera casa, y mi segunda casa el Palacio, porque hay una cantidad de gente maravillosa que nos hicieron sentir como si fuera nuestra casa«. El entrenador se refiere a la »inmensa calidad humana« de los trabajadores del pabellón. «Caño, Honorio, Manolo, Nicolás...», coloca en una lista el preparador. «Todo era facilidad, todo era apoyo y si algo iba mal se colocaban en la entrada del vestuario, y el primer gesto de ánimo era el suyo». Miguel Ángel se muestra muy agradecido a estas personas que cuidan del espacio deportivo referente de la ciudad porque «sí, el pabellón tiene muchas cosas buenas, y siempre se ha generado un ambiente especial y de grandes ocasiones, pero son ellos los que están por encima de lo bueno».
El CB San José no fue un equipo más de los que han pisado el parqué leonés. Gracias a este club femenino, muchas jugadoras pasaron por él y dejaron grabada su suela en algún momento. El técnico señala a algunas como «el carisma de Isa Sánchez, el carácter de Tracy Reid, la honestidad de Luci Pascua, el hacer equipo de Ana Rovira, el trabajo desconocido de María Revuelto, o la israelí Liron Cohen». Con esos nombres, el club logró, entre otras cosas, derrotar en la segunda vuelta a los 'cuatro grandes' -Hondarribia, Ros Casares, Barça y Perfumerías Avenida- de forma consecutiva, dos de ellos en León.
Ahora, Miguel Ángel Estrada mira con nostalgia a las grandes noches en el Palacio Municipal de los Deportes de León y se teme que «a corto plazo» no pueda regresar el baloncesto de élite a esta emblemática cancha. «Habría que quitar individualismos y nombres y pensar en el bien común. Me consta que hay gente a nivel masculino implicada con ello», augura el entrenador, quien pide «siendo un poco egoísta» que el baloncesto en León se rearmara en una misma dirección, en femenino y en masculino, y «puesto a ser inconformista y sacar espinas» le gustaría formar parte de ese proyecto en la máxima categoría «porque León se lo merece».
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