miguel olmeda
Madrid
Domingo, 12 de enero 2020, 18:43
No indaguen en Internet en busca de la errata, o de la trampa, porque no la hay: Kenia lleva 52 años sin ganar un oro olímpico en los 10.000 metros, su único, de hecho. Y hasta este domingo la sensación generalizada es que serían ... como poco cuatro años más, toda vez que el ugandés Joshua Cheptegei se viene mostrando intratable allá por donde corre, sea asfalto, tartán o barro; que Etiopía parece haber encontrado la receta para producir prodigios en cadena y que, si resulta que las medallas en Tokio se deciden en la última vuelta, ahí estará de regreso Mo Farah para ponerle el candado dorado al anillo como en los últimos dos Juegos.
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Pero este domingo Valencia recuperó la esperanza de todo un país. El fondo keniano en categoría masculina, al margen Eliud Kipchoge y Geoffrey Kamworor, vive una etapa de sequía. En maratón solo Kipchoge a sus 35 bajó de dos horas y cuatro minutos en 2019, mientras que ocho etíopes lo lograron. Y en el pasado Mundial, Kenia apenas clasificó a dos atletas sin demasiado currículum para la final de los 5.000 metros; tantos como Estados Unidos y Canadá, menos que Noruega y Etiopía, que además hizo doblete de oro y plata, más el cuarto puesto. Únicamente en los 10.000 un joven a punto de cumplir la veintena anduvo cerca de la gloria con un bronce, pero lejos de pelear el oro contra Cheptegei y Kejelcha, demasiado fuertes en el cambio definitivo.
Ese adolescente con cara de niño es ahora el portento a quien todos temen. Un oro mundial júnior en Tampere 2018, aquel bronce en Doha 2019 y una serie de marcas interesantes en ruta y pista (26:46 en el asfalto de Praga y 26:50 en el tartán de Estocolmo y Doha) eran hasta este domingo el aval de Rhonex Kipruto de cara a los Juegos. Suficiente para ilusionar a un país acostumbrado a sinsabores en la 'era Farah'; no tanto para la crítica internacional, más escéptica con su -escasa- capacidad de cerrar una última vuelta rápida. Tampoco sus ritmos de crucero eran tan diferenciales, decían.
Y cuando este domingo Rhonex fulminó el récord mundial de 10 kilómetros que Cheptegei había logrado 42 días atrás, entonces los críticos callaron, boquiabiertos. Y cuando flotaba por las calles de Valencia, las más rápidas del planeta una vez más, a 2:38 minutos el kilómetro, entonces el mundo del atletismo vibró con su nueva figura. Y cuando cruzó la meta y el crono marcaba 26:24, Kenia estalló de júbilo. Porque ya fuera en asfalto o en pista, solo tres hombres en la historia habían corrido 10.000 metros en menos de 26 minutos y 30 segundos. Y se llaman Kenenisa Bekele, Haile Gebrselassie y Paul Tergat, la 'Santísima Trinidad' del fondo atlético.
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