El responsable de Psicología del CAR de León aconseja una rutina frente a la desidia

El psicólogo leonés de 52 años, que lleva trabajando en el CAR de León desde 2013, aprovecha el confinamiento domiciliario obligado por las medidas restrictivas impuestas por la crisis sanitaria del coronavirus para tratar con los deportistas con los que trabaja habitualmente en la doble vertiente de «planificación de la estrategia psicológica y cuestiones adyacentes de la vida personal».

Lombo trabaja con más de una veintena de deportistas, todos ellos de alto rendimiento, pero con edades diversas, desde los 13 años hasta edades más avanzadas, en deportes como el atletismo, gimnasia rítmica, piragüismo e incluso otras actividades como el golf en las que complementa la labor que realizan otros profesionales que prestan sus servicios en el CAR de León.

Durante estas semanas, tras el cierre de las instalaciones deportivas de la capital leonesa al decretarse el estado de alarma, contacta telefónicamente con los deportistas que preparan en el CAR sus próximas citas.

«Lo hago al menos una vez a la semana, pero sin querer interferir continuamente en sus hábitos, sobre todo en los deportistas ya más maduros», explica.

En el caso de los menores de edad también les asesora «en su vida personal y problemas, para poder gestionar las situaciones vitales que les están acompañando en esta situación hasta ahora inédita para todos, casi en una labor de tutorización junto con sus progenitores».

La relación que mantiene con ellos trata de inculcarles que «sean conscientes de que lo que pueden hacer, en la gran mayoría de los casos, se ha reducido drásticamente y que tienen también que tirar de inventiva para solventar, en la medida de lo posible, esta circunstancia».

Lo que tiene claro Lombo es que resulta crucial «que entrenen y completen el cien por cien de lo planificado para poder mantener algo a lo que suelen estar acostumbrados en el alto nivel, mantener la atención sobre los objetivos que, en este caso, resulta más complicado al estar difusos y en un escenario de incertidumbre».

«Se trata, en suma, de mantener la disciplina, con la lógica flexibilidad pero manteniendo las rutinas de entrenamientos, descansos y aspectos relacionados como el cuidado de la alimentación», recalca.

Lombo es consciente de que, en muchos casos, los deportistas de alto nivel viven «casi en una burbuja dentro de su espacio del deporte y tienen que bajar, durante esta situación, a la vida real, para no desengancharse del resto de actividades de su vida, académicas o laborales».

Les ofrece un servicio de «psicología de apoyo en todos los aspectos, pero sin convertirse en un bastón que resulte imprescindible, sino que el objetivo es que sean ellos los que adquieran herramientas de vida, las utilicen y les convierta en más autónomos».

Entre los temas que le están trasladando durante esta etapa tan atípica, el responsable del servicio de psicología del CAR de León destaca «la incertidumbre en muchos de ellos sobre su futuro económico por la situación y que puede afectar a las becas y las ayudas que reciben».

De todas formas, puntualiza que, en el apartado deportivo el hecho, que considera «positivo», del aplazamiento de las grandes citas deportivas, fundamentalmente los Juegos Olímpicos de Tokio «ha permitido destensar y tranquilizar».

En este sentido, añade que «a sus niveles están más que acostumbrados a convivir y tolerar la frustración, pero habrá que ver cómo evolucionan en los próximos meses».

«Esta crisis no tiene por qué dejar una herencia negativa en el aspecto psicológico porque la desilusión que pudieran sufrir será pasajera en cuanto se conozcan los calendario y se vuelvan a fijar los objetivos», puntualiza.

Por ello, cree que les resultará más positivo «marcarse retos intermedios, aunque otros sean a medio y largo plazo y desde luego mantener intacta esa rutina necesaria porque un deportista de elite no puede recuperarse agrupando todo el trabajo en poco tiempo».