Una nueva velada en Cembranos buscará fondos para la rehabilitación de Saúl Tejada

Nueve meses han pasado desde que Saúl Tejada tuvo que abandonar el ring del frontón de Riazor para mirar de frente al contrincante más duro al que se ha tenido que enfrentar hasta ahora. Su búsqueda de contacto con la vida ha sido intensa desde entonces, y es que a partir de que fuera operado por una hemorragia cerebral que sufrió en la defensa por su título como Campeón de España, el boxeador leonés ha luchado como nunca para salir de una situación de la que nadie sabe cómo será el final

Fue el pasado 7 de octubre cuando Moncho Mirás arrebató a ‘Huracán’ Tejada su cinturón de peso gallo tras un duro combate en el que el de Cembranos tuvo que bajar los brazos en el noveno asalto. «Yo al principio pensé que igual era la deshidratación, pero cuando le vi dar un paso atrás me dije: algo pasa, pero no pensé para nada que iba a ser lo que al final fue», relata su entrenador Coralín. Tejada se vino abajo en la esquina del ring y esa misma noche tuvo que ser operado para liberar del cráneo la sangre acumulada por un derrame cerebral.

Ahora, en Sevilla, 280 días después de aquel duro golpe y tras una recuperación que da pequeños pero importantes pasos, Saúl Tejada ha pasado de un coma inducido ,en el que permaneció desde octubre hasta febrero, a una consciencia que le permite reconocer todo su entorno, sonreír, mover el brazo izquierdo y dar paseos en la silla de ruedas por el jardín de la clínica sevillana en la que sigue un proceso de rehabilitación mañana y tarde. «Se da cuenta de todo lo que pasa, es un gran avance. Pasar de verle como le vi en León a verle sentado…», cuenta Coralín, que visitó a Saúl hace un mes después de que la última vez que le viera, fuera todavía en coma tras una operación en León en la que le volvieron a colocar un hueso en el cráneo.

Todavía no puede hablar, y nadie se atreve a decir cuál será el punto más alto al que puede llegar en su recuperación. «No sabemos cómo evolucionará, pero conociendo cómo es él, supongo que sí, que vaya adelante. A mí me hizo mucha ilusión verle en activo, me agarraba, me cogía de la mano…». Una evolución en la que todavía queda mucho trabajo, pero por la que apuesta todo aquel que conoce a Saúl y a su carácter innato de no rendirse. Algo que ha sorprendido a los propios médicos, que reconocen en él un progreso por encima de los baremos.

Hay una pregunta que cualquiera que conozca la historia de Tejada no pueden dejar de hacerse: ¿por qué le ha tenido que pasar a él? «Serán cosas del destino o la vida, pero él, luchador desde los 17 años, no todos han llegado ahí y que le toque a él…», reflexiona con resignación su inseparable entrenador, la otra parte de un tándem profesional en el que van unidos hasta el final y que ha vivido desde el principio todo este duro proceso. «Tira para el hospital Coralín, que la cosa se ha complicado», le dijeron horas depués de la operación craneal, en un postoperatorio que no salió como debía y que posiblemente haya hecho que hoy se cuente una historia de superación como esta.

Es el mensaje claro del mundo del boxeo. Un deporte hermético, unido ahora alrededor de Saúl al que ya han ido a visitar boxeadores como Castillejo, campeón de España y de Europa que realmente «lo pasó muy mal por ver esa situación». Todos saben que, igual que le pasó a Saúl, le podía haber pasado a cualquiera. La ola de solidaridad ha arrastrado a boxeadores alrededor del mundo que han cerrado filas en torno a una situación en la que todos están reflejados. El pasado 18 de febrero el pabellón "Margarita Ramos" del Polígono X acogió una velada para recaudar fondos que tendrá un segundo asalto el próximo Sábado 22 de Julio, en los campos de deporte de Cembranos, localidad donde residía Saúl y en la que jugaba un papel muy activo entre sus vecinos.

Una cita en la que se volcará también toda una ciudad a la que acudirán boxeadores del más alto nivel nacional e internacional y en la que se revivirá aquel espíritu de unión de la anterior velada. Entonces un emotivo vídeo de apoyo se proyectó en el pabellón. Unos mensajes que el propio Saúl recibió días más tarde y sorprendieron al púgil, que «no se creía que todo eso fuese por él». El suyo ha sido el accidente más duro en los últimos 32 años de boxeo, donde paradójicamente las lesiones graves no son muy habituales. Le tocó a Saúl, pero también a todo un deporte y una provincia que se mantiene en vilo con el deseo de que Saúl Tejada vuelva a su tierra como un huracán que todo lo puede. Y volverá, porque seguro que el de aquel 7 de octubre, fue el último abandono de su vida.

• Temas
• Saúl Tejada
• Boxeo