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Lydia Valentín.

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Lydia Valentín. EFE

Lydia Valentín, amor por las pesas y el hip-hop

La haltera de Camponaraya viaja a Anaheim (California) a por la medalla que le falta, un oro mundial, al ritmo de Nach y «llevando cada canción a mi terreno»

DANI GONZÁLEZ

León

Martes, 28 de noviembre 2017, 10:20

«Soy una guerrera a la que le da igual las circunstancias de la batalla, porque sé que voy a pelear igual». Este es el grito de guerra de Lydia Valentín, una de las grandes figuras del deporte nacional, que emite otro sonido, otro llamamiento a la batalla antes de asir la barra para levantar las pesas hacia la gloria mundial.

En una entrevista concedina a RNE, la haltera de Camponaraya revela uno de sus secretos para competir cien por cien concentrada. No es nada del otro mundo, es música. Pero no un estilo cualquiera, tiene que ser uno determinado, el que activa todos los sistemas de su cuerpo, ese cuerpo capaz de levantar más del doble de su peso.

El hip-hop es el estimulante de Lydia Valentín, que tiene especial predilección por una canción, 'El Camino del Guerrero', de Nach. «Recorre ciudades,se enfrenta a sus rivales / conoce sus defectos y tambien sus cualidades / ante las dificultades siempre se esfuerza y se crece / si se desvanece y perece se lo merece». Esta es una de las estrofas de esta canción, que encandilan a la berciana por su «letra». «Me llevo las canciones a mi terreno. Sé cuáles son mis errores, pero prefieron mirar al frente y centrarme en mis puntos fuertes».

«Prefiero centrarme en mis puntos fuertes que ver cuáles son los débiles»

Lydia valentín

Con esta máxima, Lydia Valentín afronta cada competición. Y es que son más de 15 años dedicados a la halterofilia, al 'amor por las pesas' (su significado etimológico). Por ello, cuando se sube a la tarima, su cabeza no vuela, se queda quieta, inmóvil, frente a la barra. Superarse, levantar más que las rivales, gritar de alegría. Eso es lo que mueve a la de Camponaraya, que espera lanzar uno de sus mayores vocinazos de éxtasis en Anaheim (California), sede de los Mundiales de halterofilia donde la leonesa competirá en -75 kilos el domingo 3 de diciembre.

Un Premio Nacional del Deporte «de mucho mérito y valor»

A tierras estadounidense viaja con una motivación más. Y es que el pasado 6 de noviembre fue elegida Premio Nacional del Deporte. «Me enteré entrenando, porque recibí muchas llamadas y whatsapps. No me lo esperaba, pero me ha gustado mucho, tiene mucho mérito y valor para mi», señala en los micrófonos de RNE.

Es algo merecido, considera Valentín, y es que posee tres medallas olímpicas aunque «dos de ellas no las pude vivir in situ, aunque por justicia las tendré». «Soy campeona, subcampeona y bronce olímpico. Nadie había conseguido ser medallista olímpico en mi disciplina en España, he hecho historia para mi deporte», explica.

Por ello, la berciana siente que ha levantado un peso muy importante en su deporte, que ha abierto un sendero que otros pueden seguir. Por ello, Valentín es un referente, no solo a nivel nacional, y su técnica de levantamiento es una de las mejores a nivel mundial.

«Grito antes de levantar las pesas porque es una descarga total de energía, una llamada para darlo todo»

LYDIA VALENTÍN

«Siempre tengo claro el gesto en mi cabeza», explica la haltera de Camponaraya, que centra su atención tanto en levantar la pesa que «ni veo lo que tengo delante ni escucho cuando estoy en la tarima». Tras emitir su «grito de guerra», que supone para ella «una descarga total de energía y una llamada para darlo todo», se conciencia de que «tengo que volver a levantar la pesa, una vez más, como he hecho miles de veces entrenando».

«Es algo muy rápido, apenas te das cuenta», relata Lydia Valentín que libera tantas endorfinas que «no me duele nada cuando tengo el peso arriba, porque llevas tanto tiempo preparando ese instante que no sientes nada negativo». Pero, al ver las repeticiones más relajadamente para analizar su técnica, la berciana comprueba la «multitud de gestos» que realiza con la cara. «Me da hasta vergüenza», bromea.

En la halterofilia «de casualidad»

En la cúspide de su carrera y a escasos días de uno de los momentos más importantes de su trayectoria, recuerda que llegó «de casualidad» a la halterofilia. «Siempre me gustó el deporte y se me daba bien: era la que más corría, la que más saltaba... y el entrenador de halterofilia se fijó en mi, veía que tenía actitudes y aptitudes. Fui un día a probar y me enganchó el ambiente que allí había, lo que me hizo ir dejando poco a poco otros deportes que practicaba, como atletismo y baloncesto, para centrarme en la halterofilia», explica.

Pero Lydia Valentín es una mujer inteligente. Sabe que está en el ocaso de su carrera y, de hecho, ya sabe que tras Tokio 2020 abandonará el deporte de alto rendimiento: «es importante saber cerrar etapas, tendré 35 años y no puedo dar más de sí mi carrera deportiva».

«Quiero crear ropa deportiva unisex, queremos sentirnos femeninas también haciendo lo que más nos gusta»

lydia valentín

Seguirá ligada al deporte, porque «es lo que más me gusta», pero tiene otros proyectos en mente. Lydia Valentín es una mujer a la que le gusta vestir bien y con un estilo particular. La moda es algo que atrae a la berciana, en especial la moda deportiva.

Y por ahí va encaminado uno de sus proyectos de futuro, una marca de ropa deportiva con su nombre. «Especialmente en deportes de fuerza, la ropa es unisex, pero mi idea es crear maillots y mallas para mujer, queremos sentirmos femeninas también cuando hacemos lo que más nos gusta».

Una cabeza llena de proyectos que, al ritmo de hip-hop, se encamina hacia uno de los retos que le faltan por tachar de su lista de deseos. La medalla de oro en un Mundial espera en Anaheim a Lydia Valentín, que quiere seguir haciendo historia y prolongar su romance con las pesas.

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