Secciones
Servicios
Destacamos
Entre levantada y levantada, la mirada de unos adolescentes, cada uno llegado desde una parte de España pero que confluyen en León, está fija en la pared que hay enfrente. No aparece nada particular, pero la concentración que cada halterófilo requiere en cada movimiento es máxima.
Pero todos ellos creen en aquella frase de que las cosas, para que sucedan, hay que visualizarlas. Y ellos ven en esa pared, como si un proyector arrojara esa imagen sobre el lienzo beis de una de las salas del CAR de León, a Lydia Valentín logrando cualquiera de sus innumerables éxitos deportivos.
Son siete jóvenes, entre 14 y 18 años, pero que ya saben que las miradas están puestas sobre ellos. Seleccionados por la Federación Española de Halterofilia y becados por un curso escolar para este proyecto neonato en el CAR de León, son los diamantes a pulir, los halterófilos que mayor proyección tienen en el panorama nacional para prolongar el legado de Lydia Valentín.
Al frente de todos ellos está Javier Flores, seleccionador sub-15 y sub-17 de halterofilia, que prepara con mimo la evolución de «el talento más joven y prometedor» que tiene España en este proyecto que arrancó el pasado 1 de septiembre y que sólo la pandemia consiguió atrasar.
«Esto nace del trabajo e interés de la Federación de habilitar un centro más allá de la Blume, en Madrid, donde dar o mejor a nuestros deportistas, y de la buena acogida del CAR de León, que siempre ha demostrado que quería contar con nosotros», ha explicado Flores.
El proyecto
Bajo su batuta hay siete halterófilos de categorías sub-15, sub.17 y júnior de primer año que han llegado desde Cádiz, La Coruña, Bilbao, Oviedo, dos de Salamanca y una leonesa, Tilena. Han sido seleccionados tras un proceso exigente en el que se valoraban «no sólo sus resultados deportivos, sino el potencial que atesoran, aunque no lo hayan podido demostrar».
Porque para eso están en León, para sacar toda esa valía y todo ese talento para el levantamiento de pesas que poseen. Con una planificación «individualizada» para cada uno de estos 'diamantes', el entrenamiento se realiza sólo por las tardes ya que «no están aún maduros para las dobles sesiones», además de tener que cumplir con sus deberes académicos.
Una de las becadas es la salmantina Laura García Rincón que, tras una exigente sesión de entrenamiento y todavía sofocada del tremendo esfuerzo realizado, sonríe al saber que forma parte de este proyecto: «Es una suerte, un honor y una responsabilidad. Quiero hacerlo bien y aprovechar esta oportunidad que va a traer muchas alegrías a la halterofilia española».
«Ilusionada» con este proyecto que ya estaba en su mente desde hace dos años, aunque reconoce que es duro porque «todos los días son muy parecidos», es el premio a una trayectoria ascendente desde que hace cuatro años, con 12, se iniciara en la halterofilia.
Ilusión y responsabilidad
En 2019 fue internacional por primera vez en un Campeonato de Europa y su evolución ha sido imparable hasta representar a España en categoría sub-17 hasta en tres ocasiones este año, siendo la última el Campeonato del Mundo de Arabia Saudí donde fue quinta.
Y ahora, en León, quiere continuar con ese camino, hasta ahora ascendente, con un sueño por cumplir: los Juegos Olímpicos. «Es con lo que sueña todo deportista y no descansaré hasta llegar».
Para ello está en León, en este proyecto en el que el nombre de Lydia Valentín resuena en cada pared, que tiene su hueco en cada mente y en el imaginario de cada uno de los jóvenes halterófilos. «Es el buque insignia de este deporte», explica Jesús Flores.
Al hablar de la deportista de Camponaraya, la admiración se nota en las palabras de Laura García, que la ve como un «ejemplo». «Ha alcanzado todo lo que se puede alcanzar en este deporte. Trabajamos para que, ojalá, no tardando mucho, podamos reemplazarla, pero no sé si llegaremos a su altura», ha afirmado la joven salmantina.
La figura de Lydia
Flores ha destacado el «crecimiento y visibilidad» que ha dado Lydia Valentín a una halterofilia que «cada vez tiene más licencias» pero, en especial, para las mujeres. «Se veía como un deporte de hombres, pero su ejemplo ha hecho que las niñas se acerquen a él y que haya, prácticamente, paridad en las competiciones de categorías menores», ha destacado Flores. «Hay casi más niñas que niños en las competiciones de base, ha hecho historia», ha añadido Laura García.
Con la esperanza de que el proyecto «sea a largo plazo» y que pasen por el CAR todos esos halterófilos que, en el futuro, coparán las ilusiones de la halterofilia nacional, desde la Federación también esperan que sea el impulso de este deporte en la ciudad de León, donde la halterofilia no ha tenido un gran recorrido, a diferencia de El Bierzo, donde es casi el deporte rey: «La idea es hacer crecer este deporte también en esta ciudad».
El CAR de León incuba las esperanzas de futuro para que las medallas olímpicas de Lydia Valentín no queden en un mero recuerdo sino en el inicio de unos años dorados con un proyecto lleno de ambición, sacrificio y un ejemplo a seguir que se crió no muy lejos de donde está radicado.
Publicidad
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.