Kevin Viñuela: «Tengo ganas de entrenar al aire libre, de disfrutar y de no pensar en objetivos»

«Quiero disfrutar corriendo o en la bici, sin pensar en nada, dejando de lado que soy deportista y que tengo objetivos competitivos», señala Viñuela, que tratará en esta primera semana de desescalada «vaciar la mente, desconectar y que sea una transición».

Prevé «agujetas» durante estos primeros días a causa de la falta de actividad en condiciones normales, por lo que su actividad será en progresión, aunque, recalca, en esta primera semana será «más de disfrutar que de entrenar como deportista de élite».

A partir del siguiente lunes, Viñuela prevé realizar unos entrenamientos más organizados en función de las directrices y las previsiones que tenga la Federación Española de Triatlón, que tiene una reunión el martes 5 de mayo acerca del futuro del calendario.

«A nivel internacional no habrá nada y, si lo hay, será muy restringido, por lo que no es para mi. A nivel nacional se está trabajando para que en el último trimestre pueda haber algo, quizá campeonatos autonómicos, que no requieren grandes desplazamientos, y quizá un Campeonato de España, que podría ser de mucho nivel con los Alarza o Gómez Noya, ya que no habrá muchas más competiciones. Si es así, será una gran ocasión para firmar un resultado muy bueno, por lo que habrá que estar preparados», señala Viñuela

El de Vegacervera señala que las salidas no podrán ser de más de cien competidores, por lo que eso limitará las plazas. Además, destaca que este permiso especial para deportistas es una manera de que «podamos disfrutar de nuestro trabajo», algo que también compensará que no hayan sido presupuestados «los premios y becas por los resultados deportivos de 2019», ámbito donde se vería beneficiado con sus oros en los Juegos Mundiales y Mediterráneos de playa y el subcampeonato mundial de acuatlón.

Durante el confinamiento, Viñuela ha realizado una «rutina diaria» de unas tres horas de ejercicio cada jornada en la que por la mañana trabajaba la parte aeróbica con el rodillo y «trabajos de series y cadencia», con unas doce horas semanales sobre el sillín. Por la tarde, el leonés hacía hueco al trabajo físico con gomas, core y las mancuernas, adeás de comba para «suplantar el impacto de la carrera a pie», especialidad que practicaba «corriendo en el sitio y con escaleras».

El punto débil es la natación, algo que no ha practicado y que ahora solo puede realizar al aire libre, lo que le limita ya que «el agua de los pantanos está aún muy fría». «Me he tomado los entrenamientos para disfrutar y se me ha hecho más ameno, pero he echado en falta el material adecuado y la natación», finaliza.