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fernando pérez soto
León
Domingo, 8 de noviembre 2020, 12:33
El director técnico deportivo de la Real Federación Española de Golf (RFEG), el exjugador profesional Ignacio Gervás, considera que en la Escuela Blume de León, que cumple su séptima promoción como complemento a la existente en Madrid desde hace más de dos décadas, se ... realiza con los jóvenes jugadores una inversión «no solo deportiva, sino también personal».
La iniciativa, ligada al Centro de Alto Rendimiento (CAR) de León y también, en el apartado académico, al Colegio Leonés, busca completar la formación de jóvenes jugadores -en categorías masculina y femenina- en la etapa previa a la universidad que, en muchos de los casos, cubren en Estados Unidos donde «la sinergia es muy favorable», destaca Gervás en una entrevista concedida a Efe.
De hecho, él mismo fue uno de los primeros jugadores españoles en conseguir una beca en una universidad estadounidense y eso le hizo ver «que era el camino más adecuado, tanto en el plano educativo, como para conseguir un desarrollo más completo para lograr que puedan seguir ambos caminos, el deporte al más alto nivel y la educación que les pueda abrir un camino de futuro».
Uno de los exponentes más claros de los resultados que pueden obtenerse con este programa puesto en marcha desde la Federación Española es, ni más ni menos, que el número uno mundial, el golfista vasco Jon Rahm, que estuvo dos años en la Escuela Blume de Madrid hasta recalar en la Universidad de Arizona State y sacar todo su indiscutible talento.
«Es un ejemplo que, lógicamente, hace más cercano el ver cuál puede ser el resultado final, aunque, como es lógico, no todas las jugadoras o jugadores tienen el mismo talento, pero se trata de que puedan desarrollarlo en toda su extensión», afirma Gervás.
Ello no implica, que fuera de este programa, puedan surgir otros jugadores «porque no es un paso obligado el estar en la Blume para triunfar en este deporte, ni mucho menos, ya que hay jugadores que, por sus circunstancias personales o familiares prefieren mantenerse en su entorno y crecer en él, como por ejemplo Josele Ballester, de padres olímpicos y que es un proyecto de gran jugador en Castellón».
La Escuela Blume de Golf de León surgió como una posibilidad para trasladar el proyecto nacido hace más de dos décadas en la capital de España a otra ciudad, de características totalmente diferentes «pero que complementa la labor que se realiza en Madrid».
Por ello, el director técnico de la Federación Española de Golf niega que tenga que verse el centro de León «como de segunda división porque, si quizá en los primeros años pudiera verse como una segunda opción, ahora en muchos casos se ve como la más idónea por las necesidades de los alumnos becados».
En este sentido, añade que «se ha conseguido que los dos programas vayan a la par para que se logre el objetivo que ya se está consiguiendo como es el que salgan los resultados a nivel nacional e internacional», con nombres propios como los de María Villanueva, campeona de España y que contribuyó a la medalla de plata en el europeo sub-18.
Gervás tiene claro que la formación ha de cubrir «la parte física, donde cuentan con los mejores preparadores y, en el caso de León, una magnífica instalación como el CAR quizá menos masificada que en Madrid; también la académica con un colegio que cubre a la perfección el integrar dentro del alumnado a estos jugadores becados y también la psicológica para saber afrontar las circunstancias».
En los últimos años, además, se ha creado el programa «Mentoring» por el que personas de reconocido prestigio en diferentes ámbitos actúan como «mentores» de los jóvenes jugadores becados «para cubrir una necesidad que se había detectado al ser menores fuera de su entorno familiar que necesitan ese respaldo también emocional».
Las circunstancias actuales desde el pasado mes de marzo tras declararse la pandemia por covid-19 han obligado a los centros a «reinventarse», afectando también al número de jugadores y jugadoras becados que hubo de reducirse por las necesidades.
Sin embargo, el hecho de que la práctica del golf se realice al aire libre le permitió ser una de la primeras prácticas deportivas en salir del confinamiento «más reforzada porque se le quitaron algunos estereotipos equivocados que se le colgaban a este deporte que ha empezado a ser visto como más saludable y su imagen, sin duda, se ha fortalecido», sentencia Gervás.
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