La selección española de balonmano, en la sede del COE, antes de encarar el Mundial. Blanca Millez / EFE
Balonmano

Los Hispanos, a por el más difícil todavía

La selección española se estrena este jueves contra Chile en un Mundial que supone un reto mayúsculo tras el relevo generacional

Miércoles, 15 de enero 2025, 17:42

Los Hispanos, el buque insignia del balonmano nacional en época de vacas flacas para el 40x20 en España, vuelven a la acción con la presión del que acostumbra al éxito prácticamente como rutina. La decepción del Europeo de Alemania, en el que no pasaron de la primera fase con una apuesta ya evidente por el relevo generacional, dio paso en verano al bronce en los Juegos Olímpicos de París, una presea de enorme valor a tenor de las circunstancias que sirvió como epílogo a una dorada etapa.

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El Mundial de Croacia, Dinamarca y Noruega, que recupera el formato multisede tradicional de los últimos campeonatos, sirve como punto de partida para una nueva camada de jóvenes talentos, que se enfrentan al reto de un gran torneo sin la presión de la clasificación olímpica, ya que el ciclo hacia Los Ángeles 2028 tan solo acaba de comenzar. Al frente de la nave sigue Jordi Ribera, que se asoma ya a la década como seleccionador merced a su enorme capacidad para trabajar con las promesas y pulir los diamantes en bruto que pese a su precaria condición económica, el balonmano español no cesa de producir en beneficio de otras grandes ligas europeas.

Continúan pilares como Gonzalo Pérez de Vargas, el guardián de la portería esta vez escoltado por Sergey Hernández y no por Rodrigo Corrales; los hermanos Álex y Dani Dujshebaev, garantías en los laterales desde sus distintos estilos de juego; Imanol Garciandia, un desatascador a través del lanzamiento; Agustín Casado, consolidado como brújula a pesar de no haber alcanzado la treintena; Ferran Solé, un extremo derecho asociado con el gol; Abel Serdio, el último de toda una escuela de pivotes ofensivos; y Miguel Sánchez-Migallón, llamado a heredar las llaves de la muralla defensiva que en su día levantaron Gedeón Guardiola y Viran Morros.

A partir de esos cimientos asentados, la juventud es insultante. Ian Tarrafeta, Jan Gurri y los hermanos Cikusa, Petar y Djordje, que lideran la última hornada de la base del Barça, completan una primera línea versátil pero todavía con pocas horas de vuelo. Las lesiones en los extremos, que han dejado sin Mundial a Aleix Gómez y Kauldi Odriozola, también reducen drásticamente la edad en las alas, donde los diestros Dani Fernández e Ian Barrufet, y el zurdo Carlos Álvarez rondan la tierna veintena. Finalmente, el pivote también se renueva con la savia nueva de Javi Rodríguez y Víctor Romero.

Estos son los ingredientes de un relevo generacional completo para volver a aspirar a cotas altas en un Mundial que para España irá de menos a más en la primera fase. Chile, Japón y especialmente Suecia son los escollos de los Hispanos hacia la ronda principal, que alcanzan los tres primeros de cada grupo arrastrando los resultados obtenidos ante el resto de clasificados. Es por ello que una vez superados los duelos ante chilenos y japoneses, ambos teóricamente inferiores al conjunto de Jordi Ribera, la selección española comenzará a jugarse la presencia en cuartos de final frente al combinado sueco, bronce en el último Europeo.

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Si logra acceder a la fase principal con cuatro puntos en su haber, España tendrá gran parte del recorrido completado. Una vez en esa instancia, que también se disputa en Oslo y solo reparte dos plazas en cuartos, todo apunta a Noruega, Portugal y Brasil como nuevos rivales. Los tres encierran cierto peligro aunque la selección noruega, a la que los Hispanos derrotaron en la preparación para el campeonato, se perfila como el adversario más fuerte al calor de su público.

Los favoritos

Alcanzar las eliminatorias a partido único, a medio camino entre la capital noruega y Zagreb, es el gran objetivo de partida. A partir de ahí, entre los mejores, ya resulta complicado hacer cábalas para un título que tiene un aspirante por encima de todos. Dinamarca, la campeona olímpica y triple campeona del mundo, parte en cabeza a pesar de la reciente retirada del artillero Mikkel Hansen y el portero Niklas Landin. El guardameta azulgrana Emil Nielsen o los lanzadores Gidsel y Pytlick lideran a una auténtica pleyáde de estrellas.

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A la zaga de los daneses Francia, campeona de Europa hace un año pero que se estrelló en sus Juegos, en el último baile de la leyenda Nikola Karabatic. La estrella del Barça Dika Mem, que llega entre algodones, el también tocado Prandi o Fabregas deben asumir los galones de otro equipo apegado al éxito.

Precisamente el verdugo francés en París, Alemania, es la tercera gran candidata en los pronósticos. El balonmano germano, siempre poderoso en todos los aspectos, ha recuperado el pulso con una plata olímpica y dos nombres propios, el portero Andreas Wolff, la pesadilla de España en los Juegos a las puertas de la final, y el central Juri Knorr.

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A la zaga de este trío Suecia, las coanfitrionas Noruega y Croacia, Hungría, Eslovenia y los propios Hispanos, impulsados por una nueva generación para el ciclo olímpico que comienza.

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