Gelfand repite título del Magistral en una igualadísima final ante el gran Viswanathan Anand

Comenzó bien la final para su gran dominador, Anand, que se llevó la primera partida pese a la complejísima apertura catalana con la Gelfand inició la misma. Y es que el israelí se pasó de frenada, debilitó el falnco de su rey y el indio ganó y ganó terreno.

Las blancas de Gelfand fueron debilitándose ante un Anand que apretó por la victoria que le llegaría en la jugada 30, con el abandono del israelí.

Pero no iba a acabar, ni mucho menos, la batalla aquí. Este duelo de 'viejos rockeros' del ajedrez ganó en emoción y en complejidad, tuvo un duelo de estilos: el rossolimo de Anand ante la defensa siciliana de Gelfand.

El indio optó por llevar la posición hacia una estructura tipo erizo confiando en imponer poco a su ventaja de espacio pero el israelí, agazapado tras los peones, supo aprovechar el momento para romper por el centro y ganar terreno. Con errores en ambos aldos, Gelfand venció con un final de torres impecable en cuanto a técnica.

Este triunfo parcial lanzó a Gelfand. El israelí insistió con la apertura catalana, mejorando la ejecución de la primera partida y obteniendo una posición dominante que obligó a Anand a ejecutar una defensa a ultranza.

Una imprecisión del indio abrió la puerta del triunfo a Gelfand, que no aprovechó la ocasión para ponerse 2-1 y tener medio título del Magistral de León en el bolsillo.

Pero Anand es un jugador duro, difícil de superar. El indio reaccionó a través de un rossolimo en el que Gelfand logró una posición aceptable, pero la complejidad estratégica de la posición exigía un juego muy preciso a ambos contendientes.

El israelí, pese a tener todo a favor, fue el primero en precipitarse y dar la ventaja táctica a Anand, que pudo forzar el desempate.

En las rápidas, Gelfand ha demostrado estar más fresco porque a pesar de no obtener buenas posiciones en la apertura de ambas partidas ha sabido, jugando con sobrehumana energía, crear complicaciones muy difíciles de superar con tan poco tiempo en el reloj para acabar imponiéndose 2-0 en el minimatch de desempate, proclamándose campeón.