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Escuchar a Manuel Merillas durante cinco minutos y no querer irte al monte a vivir en una cabaña como un eremita es imposible. El leonés campeón del mundo de skyrruning en 2021 vive en La Cueta -el pueblo más alto de la provincia León a 1.442 metros sobre el nivel del mar- y su desaforada pasión por la naturaleza, la tranquilidad y la soledad es contagiosa. Sin ánimo de sermonearte sobre los beneficios del mundo rural frente al urbano, su discurso torna en panegírico y sus argumentos refulgen con tanta solidez que es imposible pensar que este babiano no ha encontrado el cielo en la tierra. El hecho de que sus palabras resuenen con el eco que nos confieren las montañas entre las que nos lo relata hace que comprarle su visión sea más sencillo.
El deportista de élite, uno de los mejores corredores de montaña en todo el planeta, llegó a La Cueta en el año 2019 «buscando lo que la gente quiere cuando viene aquí: básicamente, soledad». Y vaya que si la encontró, para entonces un Merillas recién salido del Ejército con de 28 años, pero las ideas tan claras como hoy en día, se instaló en una caravana de 3,5 metros cuadrados: «Mi abuelo me traía aquí cuando era niño, cuando tuve que tomar la decisión...blanco y en botella». Ahora, el leonés vive en una bucólica casa de piedra y madera junto a su mujer, su hijo, tres gatos y Zar, su incansable compañero canino el cual le acompaña a todas partes -absolutamente todas- y que, en justicia, tendría un reportaje casi tanto como el campeón mundial.
La visita de leonoticias a la tierra prometida del atleta se produjo hace ahora un mes, en la recta final de la preparación de cara a la primera etapa de las Series Mundiales (2023 Skyrunner World Series), el torneo internacional más importante de esta modalidad deportiva y que comienza este sábado 29 en Benalmádena (Málaga), donde tendrá lugar la Calamorro Skyrace. Esta será la primera de las tres pruebas, de un total de 12, en las que Merillas espera conseguir marca para clasificarse para la final. «Correré en Málaga, Austria (3 de junio) y Suiza (26 de agosto). También tengo la etapa de Italia (16 de septiembre por si me falla una de las anteriores).
La Calamorro Skyrace es la carrera que inagura las Series Mundiales de 2023. El circuito está en en el municipio de Benalmádena (Málaga), tiene una distancia de 27,5 kilómetros, con 2.270 metros de desnivel de ascenso y 2.270 de descenso. Casi 2 kilómetros de la misma son subidas entre el 30 y el 50%.
Lo cierto es que Merillas es uno de los claros favoritos en una competición donde los españoles y los italianos son claros dominadores. El leonés llega en un estado de forma excelso y aclara: «Yo más no puedo entrenar». El corredor realiza unas 8 horas diarias de preparación, unas 40 semanales y que a finales de marzo suponían un acumulado de 81 días entrenados: «Llevo unos 170.000 positivos, unos 2.200 diarios». Preguntado por la terminología, Merillas, con su habitual sonrisa diáfana y su tono desenfadado señala la montaña que hay a su espalda, frente a su casa de La Cueta, y exclama: «¿Ves esa montaña? Significa que la he subido unas 2.000 veces».
Quien escribe estas líneas dista mucho de ser un experto en correr por el monte, pero a tenor de las palabras de nuestro protagonista es imposible no confiar en sus posibilidades: «Siempre me preguntan como estoy y siempre digo lo mismo: yo estoy bien, es imposible que me prepare más, conozco mis tiempos y si todo va bien y no me ocurre ningún problema de última hora de estilo estomacal o similar, sé que lo voy a hacer bien».
Sin duda, el bello momento vital por el que pasa el número 1 mundial el pasado 2021 se refleja en su preparación. Merillas está viviendo el primer año de vida de su primogénito, una situación que reconoce que le ha hecho alterar su planificación, pero que le resulta absolutamente nimio con tal de pasar tiempo con el pequeño: «Mi día empieza con el niño. Me da igual que después tenga que salir con mucho calor, pillar mala nieve o que llueva, lo primero es ver abrir los ojines al niño».
Tras ejercer de padre, el babiano se centrar en hacer lo que él llama «ejercicios aburridos: fortalecimientos con gomas, estiramientos y demás.» Tras ello, llega la parte «cañera del entrenamiento», saliendo al monte -siempre acompañado de su inseparable border collie Zar- y realizando «actividad larga o las series».
Para nuestra llegada la nieve ya ha comenzado a retirarse, pero Merillas explica que hace tan solo una semana bajó la ladera sobre la que se asienta La Cueta con esquís: su parte favorita del entrenamiento. La preguntamos si lleva algún dispositivo de rescate ante la posibilidad de un accidente grave. Merillas se señala el móvil y se refiere a su mujer entre risas: «Si ella ve que pasa una o dos horas y no llego, ya sabe que ha pasado algo». No parece especialmente preocupado por esta posibilidad. No es tanto un acto de inconsciencia o soberbia, sino que para el leonés la montaña no es un lugar inhóspito, sino el territorio donde mejor se siente, donde más disfruta, donde pasaría todavía más tiempo si pudiera: «Cuando acaba la temporada y me doy cuenta, de repente, que podré estar 30 o 40 días sin moverme de La Cueta, fuah, es lo mejor que me puede pasar».
Y es que no deja de ser irónico que un hombre tan apegado a un pueblo en el que apenas si viven seis personas durante el invierno, luego se pase medio año recorriendo medio globo terráqueo para competir en pruebas al más alto nivel de carácter internacional. Mas este trajín de aviones y países extranjeros, más allá de «ser una experiencia incomparable», es un oficio que actualmete supone «el 90% de mis ingresos».
No siempre fue así. Merillas vive del trail eminentemente desde hace «dos años, más o menos». Su profesión fue en un primer momento el Ejército, al que llegó ya inmerso en el mundo de las carreras de montaña tras una juventud muy deportiva (fútbol, ciclismo, atletismo...). En 2019, se muda a La Cueta y vive fundamentalmente de ser guía de montaña y guarda forestal centrado en el control poblacional del urugayo en León.
Cabría pensar que su solvencia económica como deportista llegó ligada a sus éxitos, pero no, fue Instagram: «Puedes ser el mejor corredor del mundo, ganar todas las carretas, pero si no sabes moverte en redes es imposible vivir de esto». Merillas tiene cerca de 54.000 seguidores en Instagram. Es uno de los corredores de montaña con más tracción en el mundo y buena parte de la culpa es de su mujer: «Tengo mucha suerte de que a ella se le dan bien estas cosas, porque si fuese por mí, cuando ya no pueda correr, pienso tirarlo fuera. Es una esclavitud total». Manuel Merillas, el hombre al que le agobia mirar por la ventana cuando visita León u Oviedo -»Pienso: 'A dónde irán corriendo a todas partes»-, dependiendo de una red Wi-Fi para poder poner en valor su excelso nivel como deportista.
Fue a través de sus redes sociales donde también dio a conocer uno de los momentos más duros de exitosa carrera profesional: cuando se quedó fuera de la Selección Española para el Mundial de 2022 tras haberlo ganado solo un año después. Una historia extraña ante la que Merillas no pone paños calientes: «Fue una decepción. Un mal gesto por parte de ellos (la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada».
La excusa que arguyeron desde el organismo nacional fue que no había participado en una serie de pruebas a las cuales, precisamente por prepararse para el Campeonato del Mundo, no había acudido. «Te molesta cuando te dicen eso y otras personas que tampoco las hicieron están ahí. Yo pedí explicaciones y me dijeron eso». Finalmente, el de La Cueta optó por presentarse en la carrera aficionada, salió mucho después que la prueba oficial: «Adelante a 200 corredores y pasé un buen fin de semana en familia».
A pesar de ello, el corredor leonés explica que si le convocan para el Mundial de 2023 irá «sin malos rollos». «Es España, si a mí me llama España yo siempre voy a ir».
No trasluce hipocresía en sus palabras. Un hombre que se siente completo, seguro y feliz no necesita dichos subterfugios.
«¿Estás viviendo tu sueño?», le preguntamos.
«Digamos que estamos en un momento dulce (sonríe). Estoy en un sitio que me encanta, haciendo lo que me encanta y tengo un niño y una mujer que son preciosos y perfectos».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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