Álvaro Prada, el 'escudero' berciano de la heroína del golf nacional: «Es algo indescriptible»

Y, junto a la jugadora navarra, la mejor española del momento y una de las jugadoras en mayor progresión del circuito mundial, siempre aparece su caddie, el berciano Álvaro Prada, que ha logrado así el mayor éxito de su carrera deportiva.

«Es un momento repleto de emoción, sientes que el trabajo de todo el año tiene sentido», explica a leonoticias durante su viaje de regreso a casa, a Ponferrada, desde Málaga. Aún asimilando el gran torneo realizado por Ciganda y el gran éxito logrado, Prada sigue sin palabras: «Estamos muy felices, es algo indescriptible».

Y es que el berciano es una figura fundamental para entender la progresión de Carlota Ciganda. Después de ser olímpico como caddie de la mexicana Gaby López, la navarra contactó con Prada para que cumpliera ese rol junto a ella. Desde entonces, y tras dos años con resultados discretos de la jugadora española, su progresión ha sido evidente.

«Estamos yendo de menos a más. Hemos logrado ganar tres torneos, hemos estado cinco veces este año entre los cinco mejores en torneos de Estados Unidos y ha estado cerca de ganar el primer Major para el golf femenino español, siendo ya dos veces tercera – Evian 2022 y el PGA 2023 -», explica Prada.

Pero la Solheim es «algo totalmente diferente», ya que un deporte individual, pasa a ser una modalidad por equipos: «Es indescriptible, porque notas compañerismo, conoces a otros jugadores y caddies, colaboras… y todo ello ha sido en España, es increíble».

El berciano reconoce que estar en la Solheim Cup por méritos propios era un objetivo – pueden acceder por invitación de la capitana del equipo europeo - , algo que lograron.

Y la competición no pudo salir mejor: Ciganda ganó sus cuatro puntos y nunca estuvo por debajo en el marcador: «Esto le convierte en leyenda del golf español», sostiene un Prada aún emocionado de ver a su familia, amigos y a su pareja, la también jugadora Luna Sobrón, en la Finca Cortesín de Casares de Málaga donde tuvo lugar este evento: «Estaba muy emocionado de que lo vivieran allí, in situ, y a mi pareja le dije que un día sería ella la que lograría estos éxitos».

Pero, ¿cómo llegó Álvaro Prada a ser caddie? El berciano, apasionado del golf, impartía clases de este deporte pero le faltaba algo: la competición. Y como, reconoce,«no era lo suficientemente bueno como para ser jugador profesional», optó, a través de un amigo, por la vía de ser caddie y experimentar lo que sienten los golfistas: «Es la mejor decisión que he tomado nunca».

Su labor es similar a la de un entrenador en el mundo del tenis, por ejemplo, puesto que es el enlace con todo el equipo de trabajo de Carlota Ciganda, la persona a la que siempre puede recurrir la pamplonesa, y el encargado también de estudiar el campo, preparar la estrategia y explicarle las claves de cada hoyo a la jugadora navarra, además de ejercer tareas de psicología, control de las emociones y las expectativas.

En esta vida apasionante en el corazón de la élite del golf, Prada encuentra momentos para volver a casa, para estar en El Bierzo con las semanas libres que hay entre competición, o en los meses de diciembre y enero en los que para el circuito: «Me encanta la competición y, cuando estoy en ella, ni me entero de que paso tanto tiempo fuera de casa. Pero es una vida que te da mucho tiempo libre y paso mucho por El Bierzo».