Álvaro Martín, campeón del mundo de 20 kilómetros marcha

A sus 29 años, Álvaro Martín demostró en Budapest que ha alcanzado la plenitud de su carrera deportiva. Siempre se supo que era un gran talento, que era el futuro y presente de la marcha española, y él se encargó de confirmarlo con aquel título continental que logró en 2018 y el del pasado año en Múnich. Sin embargo, se le resistía ese gran resultado a nivel mundial que tanto había perseguido. Siempre entre los mejores, entre los favoritos, el pasado año por ejemplo fue séptimo en el Mundial de Eugene y en los Juegos de Tokio cuarto, 18 segundos que le distanciaron del podio y que son una espina que todavía tiene clavada. Pero en 2023 las cosas podían cambiar. En mayo avisó con ese récord de España de 35 kilómetros, la especialidad que por obra de la World Athletics ha borrado del mapa los 50 kilómetros. Martín llegaba a Budapest preparado a todo.

La meteorología quiso jugar con los nervios de los marchadores y complicarles las cosas. Una tormenta obligó a retrasar dos horas la salida, con las complicaciones que conlleva un retraso en la preparación cuando ya estaban dispuestos a salir a competir. Y cuando lo hicieron se encontraron con un circuito mojado, de una cuerda de un kilómetro y un giro cerrado peligroso para que los marchadores mantuvieran el equilibrio. Desde el primer metro fue el japonés Ikeda el que tomó el mando con un ritmo brutal que obligó al resto de favoritos a medir sus fuerzas para afrontar una final a todo tren, donde se marchó por debajo de la hora y 18 minutos. De hecho, el extremeño ganó con 1.17.34.

La segunda mitad de los 20 kilómetros puso las cartas sobre la mesa. Por ejemplo el japonés Yamanishi, doble campeón del mundo, se hundió, mientras Martín creció desde el grupo para, poderoso, lanzarse a por Ikeda, superarle y no dar lugar a dudas. En el kilómetro 15 el oro ya tenía nombre.

El de Badajoz es un enamorado de la marcha, defensor de su especialidad y todo un referente para sus compañeros por sus declaraciones y reflexiones. Así se entiende la emoción de su compañero Amezcua, al que se le saltaban las lágrimas en meta cuando valoraba el éxito. Graduado en Ciencias Políticas y estudiante de Derecho, Martín es de los que dice lo que piensa y se ha convertido en el abanderado del atletismo español a la hora de exponer las preocupaciones ante el presidente de la Federación Española, Raúl Chapado. Muchos le ven como un futuro presidente de la RFEA, pero de momento se encarga de cosechar títulos como el de ayer en la Plaza de los Héroes.

Habrá que dar gracias a aquella lesión que sufrió con 13 años, cuando el pequeño Martín había empezado su carrera como fondista. Un problema en la rodilla le hizo decantarse por la marcha, y con el apoyo de su entrenador en el Club Atlético Almendralejo, Juan Méndez Espejo, comenzó a practicar una especialidad donde empezó a obtener resultados. Después llegó el momento de apostar, de dejar su pueblo y su pista de 'El Campo de Fútbol de las Tierras Amarillas', que hoy en día lleva su nombre, para trasladarse a Madrid. Tenía 16 años y compaginó sus estudios con la marcha en el Centro de Alto Rendimiento de la capital. Desde entonces, no ha parado de crecer hasta convertirse en un referente de la especialidad. La labor de José Antonio Carrillo, el artesano de Cieza que ha pulido talentos como Miguel Ángel López, ha sido definitiva.

Por cierto, que la World Athletic dejó una vez más clara su postura respecto a la marcha al preferir emitir en directo las series del relevo mixto 4x400 que la llegada de los 20 kilómetros, o lo que es lo mismo, el primer título en juego de los Mundiales de Budapest.