El 'shock' de Chicherova favorece a Beitia

«He llamado a un abogado para defender mis intereses hasta la apertura de la muestra B. Para mí, es un shock total. No me puedo explicar cómo se ha llegado a esto. Siempre confié en los que estaban a mi lado. Siempre he estado accesible para la AMA», declaró la atleta en un correo electrónico remitido a la agencia de noticias AFP.

Este escenario concierne a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), pues Chicherova fue medalla de bronce en Pekín 2008 y campeona olímpica cuatro años después en Londres; actualmente se preparaba para competir en la cita olímpica de Río de Janeiro (Brasil). La saltadora de altura espera «poder lavar» su nombre y aseguró «haber prestado siempre atención a los medicamentos para los complementos alimenticios» de su dieta.

Chicherova, de 33 años, forma parte de una lista de 14 deportistas rusos pertenecientes a tres disciplinas que dieron positivo tras los nuevos análisis de sus muestras de Pekín 2008, según indicó el pasado martes el Comité Olímpico Ruso (COR) mediante un comunicado. Chicherova fue la única en reconocer su presencia en esa lista, toda vez que el COR deberá esperar hasta el análisis de la muestra B la próxima semana para hacer públicos los nombres de los deportistas incriminados.

Chicherova perdería su bronce olímpico pekinés y la española Ruth Beitia avanzaría del séptimo al sexto puesto en aquella clasificación oficial. Pero el castigo podría incluso ir más allá, si el Comité Olímpico Internacional (COI) le suspende por cuatro años y según lo cual el oro de Londres 2012 quedaría anulado y pasaría a manos de la estadounidense Brigetta Barrett. La plata se trasladaría a otra rusa, Svetlana Shkolina, y el bronce a Beitia, que se había quedado en 2,00 metros.

Si la sanción a la saltadora rusa fuese inferior a cuatro años, aún queda una puerta abierta a la medalla olímpica para la española, ya que las muestras de Londres ya han empezado a ser reanalizadas y no se descartan nuevas sorpresas. Aquella medalla de 'chocolate' londinense fue el detonante, solo unas semanas después, de la efímera retirada de Beitia. Aburrida por no poder practicar sus aficiones en un otoño lluvioso, en dos meses regresó al pabellón de la Albericia para volver a entrenarse en la factoría Ramón Torralbo y desde entonces ha conseguido los mayores éxitos de su carrera.