Una legión para agarrar la última oportunidad olímpica

«La verdad es que España últimamente está creciendo y desarrollándose bastante en el tema de la lucha. Está llegando gente de fuera tanto en competidores como en entrenadores y todo el mundo está contribuyendo un poco para que se esté desarrollando», analiza con un excelente castellano Boris Andonov, un campeón de Bulgaria que llegó con 19 años cumplidos a Madrid y hoy lucha en menos de 86 kilogramos y trabaja por su país de adopción. Levan Metreveli, un georgiano integrado en Mallorca con esposa (luchadora) balear y padre de un pequeño isleño es la mejor opción masculina junto a Teymuraz Friev, de familia armenia y asimilado en Cataluña. Ellos suplen una de las principales debilidades españolas. «Físicamente estamos muy bien, de instalaciones para poder mejorar tenemos todo. Nos falta más rodaje fuera, más competiciones, entrenar con gente de fuera porque para llegar a lo alto del podio hay que competir con los mejores. Nosotros no competimos contra una marca o un tiempo, sino con otros rivales. Si no competimos con ellos no sabemos cómo vamos a estar. Técnicamente y físicamente lo tenemos, sólo nos falta ese escalón para estar arriba, que es entrenar con gente fuera», expone Eugenia Bustabad, una canaria con varias medallas internacionales que combatirá en la categoría de hasta 48 kilogramos.

Los principales adversarios suelen ser los procedentes de los países de la antigua órbita soviética, una zona donde se considera un deporte importante. «El nivel de España en lucha es un poco bajo pero poco a poco empezamos a sacar resultados a base de entrenar y de trabajar. Si se reunificara la Unión Soviética a lo mejor los españoles subían al podio en muchas competiciones», teoriza Christian Simón Rodríguez, novato en hasta 97 kilogramos. «La diferencia se debe a la tradición. En algunos viene de muy antiguo, las ayudas son mucho más grandes. Son deportes que se lo toman como un trabajo. Son profesionales. Estamos un pelín por debajo de Rusia, Estados Unidos o Ucrania, pero poco a poco estamos cogiendo más nivel y los combates son más igualados. Vamos mejorando y teniendo opciones de conseguir medalla», revindica Karima Sánchez (hasta 53 kg.), el mejor exponente de la fuerza balear y una de las aspirantes a alcanzar la clasificación.

El mascarón de proa de la legión será Maider Unda, rostro reconocible de las hazañas de la lucha española. Una lesión frenó sus opciones después de dar a luz y tratar de regresar a la competición y ahora debe agarrarse a la última oportunidad con todos sus compañeros. «A priori contaba con Maider como una baza muy importante porque ha estado en dos Olimpiadas, en una con medalla y en otra a un paso, pero en estos últimos preolímpicos no la he visto al cien por cien. En los chicos siempre ha habido diferencias, pero he visto que Teymuraz y Levan lo están haciendo bien y tienen opciones. Karima cambió de peso y estuvo en algunos torneos muy bien, pero se nota que ahora hay más gente y más preparada. Le está costando dar más el peso y se ha quedado con un pelín de distancia, aunque tienes posibilidades», disecciona la veterana madrileña Aurora Fajardo (menos de 63 kg) sobre un grupo en que casi todos reconocen tener opciones. Las mujeres de la tropa de lucha competirán el sábado y los hombres el domingo. Ninguno se reservará. Sólo los finalistas acudirán a Río, salvo que nuevos casos de positivos por meldonium abran la puerta a los siguientes clasificados.