Javier Bragado
Jueves, 10 de septiembre 2015, 01:59
Brian Orser ha cambiado. En los años 80 fue doble medallista olímpico y una vez campeón del mundo de patinaje artístico. Entonces el canadiense se convirtió en un superhéroe porque fue el primer hombre en lograr el famoso salto con triple giro que le propició ... el sobrenombre de Míster Triple Axel. Hoy todavía se desliza de manera innata por el hielo pero con menos tensión a pesar de que ha forjado las carreras de los dos últimos campeones del mundo: el japonés Yuzuru Hanyu y el español Javier Fernández. Su presencia en España junto a la estrella local en un peculiar campamento de verano en el hielo de Invernia (Valdemoro, Madrid) le ha permitido comprobar el crecimiento de su deporte y los esfuerzos de su discípulo. Analiza con interés y espíritu didáctico la situación actual del patinaje, explica con un inglés pausado las vivencias de su carrera deportiva y acelera y se emociona al hablar de las posibilidades de sus discípulos.
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PREGUNTA.-¿Cómo se siente en España, un país con poca tradición de patinaje?
RESPUESTA.-He estado trabajando con Javi durante un tiempo. Este es nuestro quinto año, hemos desarrollado una muy buena amistad, tan buena como puede ser una relación entre el entrenador y el alumno, y él me ayuda mucho cuando yo participo en diferentes seminarios, así que me siento siempre feliz por venir a España, me encanta Madrid, es el momento es el adecuado y creo que es importante que pase tiempo aquí, así que para mí venir a trabajar para aquí no supone realmente un bonus.
P.-¿Perjudicará a Javi Fernández un año tan repleto de actividades para su próxima temporada?
R.-Es el actual campeón ahora y vienen muchos medios, exhibiciones y muchas cosas que pueden ser distracciones. He estado en contacto con él para empezar ahora a entrenar, a entrenar duro y la siguiente semana tiene que volver a Toronto y será el tiempo para que se concentre de nuevo. Parece realmente preparado, creo que está un poco sobrepasado por lo que sucede a su alrededor, pero todo esto viene porque es el campeón vigente. Es una gran responsabilidad para el patinaje artístico, para España, para sus seguidores... Así que tiene aprender a emplear un poco de paciencia ahora. Creo que será emocionante volver a Toronto y simplemente enfocarse en su nueva temporada.
P.-¿Qué recuerda de la primera vez que le vio patinar?
R.-Le vi hace unos años cuando yo estaba enseñando a otros patinadores para unos campeonatos y entrenamientos. Vi que tenía talento, es decir que naturalmente era muy talentoso, pero iba un poco fuera de control, uno poco desorientado. Creo que realmente no había fijado un plan pero la federación creía en él, le apoyaba (todavía lo hacen) y entonces llegó la llamada para preguntarme si le entrenaba. Me sentí feliz porque tenía talento pero los primeros dos años no fueron fáciles. Nunca es realmente fácil, pero con Javi no fue fácil. Tuve que cambiar sus hábitos, entrenamientos... Fue difícil que confiara en sí mismo.
P.-Javier dice que su relación es casi como padre-hijo. ¿Cómo se siente usted?
R.-Podría ser su padre realmente (ríe). Tenemos mucho respeto por cada uno, entiendo su personalidad, entiendo la dinámica de su familia, entiendo su amor por España y trato de manejar todo eso y al mismo tiempo entrenarle. Es un campeón del mundo, parece que funciona en él realmente bien y creo que le gusta. Sé que nadie puede mantenerse siempre en la cima, pero también sabe cuanto trabajo necesita y que el trabajo te recompensa. Sabe que es el campeón ahora y cómo hacer que funcione.
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P.-Se ve que es más un deportista que un bailarín, ¿eso supone un obstáculo para ser campeón del mundo de patinaje artístico?
R.-Realmente disiento. Creo que es un gran atleta, que es genéticamente muy fuerte, así que es físico, pero cada año veo un nuevo desarrollo de conocimientos artístico y este año tiene fantásticos nuevos programas y cada año me sorprende. Así que es muy musical, muy artístico, muy muscular en el hielo, y al mismo tiempo es un atleta, un deportista que está impulsando el deporte, haciéndolo avanzar. Tácticamente es el más increíble patinador de siempre, así que es un buen balance.
P.-¿En qué se diferencia del resto de patinadores?
R.-Cada patinador tiene su personalidad. Enseño a su principal rival, el japonés (Yuzuru Hanyu), el campeón olímpico y que fue el campeón el año pasado. Son dos chicos que se enfrentan y son completamente opuestos, diferentes estilos de patinar y de entrenar, aunque entrenen juntos. Funciona. Ellos se respetan, se admiran, se presionan y pueden ir por caminos diferentes. Para mí es un placer, hace mi trabajo más fácil cuando entrenan juntos. Pero lo bueno es que son definitivamente rivales aunque trabajen juntos.
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P.-¿Y qué tiene de diferente Brian Orser como entrenador?
R.-No lo sé. Tengo mi estilo y no presto mucha atención a los otros entrenadores. No me importa, tengo mis cosas y es el único camino que puedo tomar. Cuido a los atletas que tengo, trato de entenderlos. El gran secreto para mí es tener un buen equipo, así que tengo tres o cuatro entrenadores para la coreografía y todo el mundo trabaja bien en equipo, no sólo yo. Puedo manejar todo el equipo, todo el mundo tiene un papel especial, todo el mundo cuida a los patinadores y todos dan lo mejor. Es realmente el secreto, no puedo hacerlo solo sin los otros.
P.-¿Le gusta que le sigan llamando Míster Triple Axel?
R.-(Ríe). Míster Triple Axel es como de hace 35 años realmente. El patinaje ha progresado desde entonces, pero es divertido porque algunos de mis patinadores, como Javi, ven vídeos de YouTube sobre mí y ven que estuve allí, que fui campeón y que conseguí una medalla en dos Juegos Olímpicos. Creo que lo respetan y que mi experiencia compitiendo a alto nivel me ayuda mucho. Les ayuda a ellos. Viene una nueva temporada para Javi, es el nuevo campeón, ahora está arriba, todo el mundo le está persiguiendo. Yo estuve allí y no es fácil, así que puedo hablar con él de esto, de lo que puede esperar, algunas cosas que pueden temer. Ese es mi trabajo. Estuve cerca y podemos debatir sobre estas cosas.
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P.-¿Qué se disfruta más? ¿Ser campeón uno mismo o hacer campeón a otro como entrenador?
R.-Lo que hago ahora es obviamente totalmente diferente de lo que hice entonces. Fui uno de estos dos chicos, tuve mis rivales. Brian Boitano fue uno, Scott Hamilton fue otro y yo tenía una personalidad más como Javi que como Yuzu, pero estoy feliz con lo que hago ahora y todavía comparo. Incluso como entrenador quiero que mis alumnos lo hagan lo mejor posible, que patinen bien, pero depende de los jueces. No está en mis manos (ríe y hace el gesto de lavarse las manos) pero estoy orgulloso de ellos y me siento feliz por ambos cuando patinan bien. Ese es mi trabajo, lo disfruto y en España ahora haciendo un campamento de patinaje veo grandes patinadores y es emocionante. Me siento realmente, realmente orgulloso.
P.-Pero la caída de Javi Fernández en los Juegos fue realmente difícil de encajar.
R.-(Sonríe) Fue desafortunadamente decepcionante perder la medalla de bronce por un margen tan pequeño y por un error tan tonto. Lo repetí en mi cabeza mucho tiempo pero para Javi y, para mí y para todo el mundo tenemos que avanzar y pensar en los siguientes Juegos Olímpicos. No podemos detenerlos en estos errores. Obviamente hubo más errores también en el rograma corto y en el largo. Quizás no era su momento, quizás es por eso que ahora es campeón del mundo. Se decepcionó con los Juegos Olímpicos y algunos con esa decepción podría abandonar el mundo del patinaje o hacer como hizo Javi, que tomó la determinación de volver y ser fuerte y ganar el campeonato del mundo. Algunas veces las cosas ocurren por una razón y hay que olvidar los Juegos Olímpicos. Ocurrió allí.
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P.-Recibió muchas críticas por sus declaraciones en Sochi -«Los gais, que se corten», dijo el patinador en una entrevista-. Supongo que a usted le sorprendería que le trataran de homófobo cuando su propio entrenador es uno de los primeros deportistas que reconocieron ser homosexuales.
R.-Creo que en los Juegos Olímpicos se dio cuenta de lo enorme que es el evento, cómo todo el mundo se fija en cada palabra que dices, porque la gente realmente no le prestó mucha atención y en los Juegos era un competidor. Hubo un malentendido y todo el mundo quería escuchar lo que decía. La gente no se fijaba antes. Es parte del juego, es parte los Juegos Olímpicos. Son tan grandes y fue una lección grande. Lo superamos.
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